El triunfo de los 300 "Niños del Coro": "Cantando se cuenta lo que uno atesora en el corazón", dice el arzobispo de Oviedo

El Festival de la Canción Misionera abarrota el Seminario con pequeños provenientes de parroquias y colegios de toda la región

Una de las actuaciones de ayer durante el evento celebrado en el Seminario Metropolitano de Oviedo. | F. V.

Una de las actuaciones de ayer durante el evento celebrado en el Seminario Metropolitano de Oviedo. | F. V.

Oviedo

La conciencia social y el compromiso solidario son valores que suenan como los ángeles, sobre todo cuando son niños los que los entonan a viva voz. El Seminario Metropolitano de Oviedo acogió ayer el XIX Festival de la Canción Misionera, una cita en la que tomaron parte más de 300 pequeños ligados a parroquias y colegios de toda la región con un lema como estribillo: "Comparto lo que tengo". El festival fue toda una "Operación Triunfo" en cuanto a participación y objetivos. "La idea es que los niños se empapen del espíritu misionero, que sepan que a su edad también pueden ayudar a otros que están en peor situación con pequeños actos y que vayan formando sus conciencias", explica María Paola Rodríguez, que forma parte de la delegación de misiones de la diócesis de Oviedo, los organizadores del evento.

Los artistas recibieron una visita muy especial en mitad del espectáculo. El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, se pasó por el Seminario para visitar a los participantes en el certamen, que se incluye dentro del programa Infancia Misionera. "Cantar es una forma de contar historias y cantando se cuenta lo que uno atesora en el corazón", dijo durante su intervención, un discurso en el que también habló de sus experiencias durante las visitas pastorales realizadas a diferentes misiones de la Iglesia en África o Latinoamérica. Jesús Sanz Montes les contó a los niños cómo esas comunidades cristianas le dan mucha importancia al canto "como forma de vivir y de expresar su fe".

El arzobispo Jesús Sanz Montes, saludando a los pequeños.  | F. V.

El arzobispo Jesús Sanz Montes, saludando a los pequeños. / F. V.

Otro de los que siguió al detalle el desarrollo de toda la jornada de ayer fue el rector del Seminario Metropolitano de Oviedo, Juan Antonio Bances Álvarez. Él también tomó la palabra para dar la bienvenida a todos los participantes y les recordó las palabras del Papa Francisco con las que animó a "hacer ruido" para que la voz de los creyentes sea escuchada. "En este caso es un ruido que se convierte en canto de alabanza y agradecimiento por todo lo vivido y compartido juntos", sostiene Bances. Atento a todo y pendiente de la organización, para que nada fallase, también estaba el sacerdote Pedro Tardón, que es el delegado de Misiones de la diócesis de Oviedo.

En el festival de ayer hubo un total de once actuaciones e incluso un jurado, pero no para diferenciar entre ganadores y perdedores. "Aquí todos triunfan. El jurado está para hacer menciones. Es decir, para entregar el premio a la mejor letra, a la mejor puesta en escena, a la alegría...", señala María Paola Rodríguez. Como todos los años, el Festival de la Canción Misionero está ligado a un proyecto solidario. Es esta ocasión es la compra de material deportivo para un colegio gestionado por las Hermanas de La Caridad en la localidad de Mokom, en Guinea Ecuatorial. n

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