Notable cita en el ciclo de conciertos ovetense

El triunfo y el brillo de las "Vísperas"

Francesca Dego y Oviedo Filarmonía ofrecen una gran noche musical en el estreno de la obra de Jesús Rueda inspirada en la figura de Ana Ozores

Lucas Macías dirige a la violinista Francesca Dego y a la OFIL durante el «Concierto para violín» de Samuel Barber. | JUAN PLAZA

Lucas Macías dirige a la violinista Francesca Dego y a la OFIL durante el «Concierto para violín» de Samuel Barber. | JUAN PLAZA

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

Oviedo

El ciclo "Conciertos del Auditorio" vivió anoche una notable velada musical gracias al nivel que exhibieron la violinista italiana Francesca Dego y la Orquesta Oviedo Filarmonía, que volvía a cobrar protagonismo en estos conciertos –organizados por la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, en colaboración con LA NUEVA ESPAÑA– después de varios meses ausente de la temporada por otros compromisos. Por si esto no fuera suficiente, se verificaba el estreno de "Vísperas", una obra de encargo de Oviedo Filarmonía y la Orquesta Ciudad de Granada, de Jesús Rueda inspirada en las sugerentes imágenes que "La Regenta" de Clarín suscita en el compositor. Todo ello se tradujo en un Auditorio Príncipe Felipe con una notable y meritoria entrada que, durante dos horas, disfrutó de un gran concierto.

La pieza de Rueda explora, mediante un trabajo minucioso de las diferentes secciones, las posibilidades tímbricas de una amplia plantilla orquestal. El compositor, presente en la sala, recibió el reconocimiento de los asistentes.

Francesca Dego, con su Francesco Ruggeri (1697), se exhibió en el "Concierto para violín" de Barber, desplegando un gran lirismo y luciendo su impecable técnica en el "Presto" final. Ante los aplausos del público, redondeó su actuación con el "Capricho polaco" de Grazyna Bacewicz, a modo de propina. La segunda parte estaba reservada a la "Sinfonía número 4 en mi bemol mayor" de Bruckner, una magna obra donde emergió la figura del director titular de la formación, Lucas Macías. El onubense guio con mucha habilidad a la orquesta, que se mostró flexible a los tempi y maleable en las intensidades. Los metales, protagonistas de la obra, rayaron a un nivel notable a lo largo de sus cuatro movimientos, sobresaliendo en el "Scherzo", repleto de elegancia y solemnidad. El "Finale" también estuvo bien ejecutado, reflejando la musicalidad de algunos temas compuestos por Bruckner sin renunciar al dramatismo que parece impregnar cada uno de los números. El público, agradecido ante el nivel demostrado por los músicos, premió a los intérpretes con numerosos aplausos, satisfecho con la brillante velada musical.

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