Los que regresan: "Hemos ganado en calidad de vida"

El precio de la vivienda y la cercanía de la familia, los motivos para retornar a la ciudad

Lucía Villadangos y Alejandro Mesa, con su hija, Lola.  | LNE

Lucía Villadangos y Alejandro Mesa, con su hija, Lola. | LNE

R. Agudín

Oviedo

El alto precio de la vivienda, la posibilidad de teletrabajar, buscar un lugar mejor para que los hijos crezcan o evitar las largas horas en atascos. Son algunos de los motivos para regresar a Oviedo. Y que la capital asturiana ha cambiado y ofrece muchas más posibilidades. El imparable crecimiento de habitantes que experimenta la ciudad, con 226.147 como récord histórico, se apoya en la inmigración, pero también, significativamente, en el regreso de aquellos que un día salieron a estudiar una carrera o con un título bajo el brazo en busca de un buen trabajo. Ahora, los que logran regresar, se dan cuenta de todo lo que han ganado.

Alejandro Mesa y Lucía Villadangos son un ejemplo de este caso. Con su hija Lola han vuelto a Oviedo; con trabajo, estabilidad y enorme satisfacción. "Hemos ganado calidad de vida", dicen. Tras acabar la carrera en Madrid, este ingeniero técnico montó una empresa por su cuenta en la capital. El trabajo le obligaba a desplazarse continuamente por la Comunidad de Madrid; eran muchas horas sobre la moto. Su mujer trabajaba en una empresa aeronáutica en Getafe. Ella fue la primera en volver con un puesto de trabajo. "Lo hizo con nuestra hija". Tras un tiempo separada, la familia se volvió a juntar en Oviedo. "Nos animó mucho nuestra familia a volver; ahora los abuelos disfrutan de su nieta".

A Madrid previo paso por Pamplona se fue Francisco Bescós. "Estudié Publicidad; mis planes nunca fueron quedarme en Asturias, quería probar en las grandes agencias". Sueño cumplido. Las oportunidades de ocio que ofrece Madrid no las tienen otras ciudades más pequeñas y todo "tuvo mucho sentido hasta que fui padre". Tuvo tres hijos muy seguidos y ahí entró en juego el problema de la vivienda. Eran una familia numerosa en busca de una casa accesible para su hija con parálisis cerebral. "Lo único que nos podíamos permitir era a las afueras".

La idea de volver les rondaba la cabeza. Probaron a buscar vivienda y la encontraron. "Estábamos pagando un peaje que no valía la pena. Desde el nacimiento de mi hija soy ‘freelance’ y, aquí, nos podíamos permitir casas que en Madrid ni soñando". Las vistas mientras trabaja han cambiado considerablemente. "Vivimos en Casielles, al lado de Las Caldas, y antes teletrabajaba con vistas a un patio de luces; ahora, veo Puerto y Caces. Y tengo mucho más éxito profesional aquí".

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