La OSPA luce músculo sinfónico: aplaudido recital bajo la batuta de Giancarlo Guerrero

La agrupación asturiana saca su lado más guerrero para convencer al público del auditorio Príncipe Felipe en una nueva cita de abono

El concierto de la OSPA, ayer, en el Auditorio.

El concierto de la OSPA, ayer, en el Auditorio. / FERNANDO RODRÍGUEZ

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

Oviedo

La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) ofreció ayer su octava cita de abono de la temporada bajo la batuta del maestro Giancarlo Guerrero. El concierto, patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA, llevaba por título, "Música para la primavera", en honor de la primera obra del programa: la "Sinfonía número 1 en si bemol mayor" op. 38 de Robert Schumann.

Guerrero, maestro habitual durante los últimos años en las temporadas de la OSPA, comandó con mucho acierto a la formación, manteniendo bien ensambladas todas las secciones y extrayendo un gran color de cada de una de ellas.

La segunda mitad, tras la pausa, se dedicó a la interpretación de la "Sinfonía número 4 en mi menor", op. 98 de Johannes Brahms. En esta pieza, la orquesta exhibió todo su potencial, con unos crescendos cuidados y unos fortes rotundos que les permitieron plasmar el dramatismo de esta página brahmsiana, todo ello sin resentir un equilibrio y unos balances muy logrados.

El público, no tan numeroso como en otras ocasiones –tal vez por la programación del ballet en el teatro Campoamor–, premió con aplausos el buen rendimiento de los músicos tras algo más de hora y media de velada musical.

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