Este es el "grifo de Oviedo" ubicado en Ribera de Arriba y que está al 75% de capacidad: "El embalse lleva años sin llenarse por el cambio climático"

Una treintena de personas descubren los secretos del "grifo de Oviedo" en una visita por el Día Mundial del Agua al embalse

El embalse de Los Alfilorios.

El embalse de Los Alfilorios. / Irma Collín

Oviedo

El embalse de los Alfilorios es desde principio de los años 80 del siglo pasado una de las tres principales fuentes de las que bebe Oviedo. Además del pantano, que tiene una capacidad de ocho hectómetros cúbicos, la capital asturiana se abastece de diez manantiales del Aramo a través de 60 kilómetros de canalizaciones y de los pozos de bombeo del Nalón en la zona de Palomar. A pesar de las últimas lluvias, Aqualia, empresa concesionaria del servicio de aguas de Oviedo aprovechó ayer una visita de una treintena de ciudadanos, incluida en los actos del Día Mundial del Agua, para concienciar sobre la importancia del uso responsable del agua frente a las cada vez más habituales sequías. "Los Alfilorios lleva años sin llenarse por culpa del cambio climático", alertó Mariana Suárez, gerente del servicio de aguas ovetense.

El "tour", que comenzó con los participantes asomándose a la gran masa de agua almacenada entre los municipios de Morcín y Ribera de Arriba, se centró en las instalaciones de la potabilizadora del Cabornio, situada a unos cientos de metros del embalse. La responsable de la planta, Clara Huerta, desgranó los secretos de cómo un equipo de varias decenas de personas hace posible el milagro de suministrar a toda una capital de provincia con 1.500 litros de media por segundo. Todo ello tras un minucioso control de calidad en el que el uso del cloro, el ozono y los filtrados permiten ofrecer un suministro "de gran calidad".

"Los Alfilorios lleva años sin llenarse por el cambio climático", dice Aqualia

Clara Huerta se dirige a los visitantes en el centro de control de la depuradora. / Irma Collín

El recorrido entusiasmó especialmente a los más veteranos, que todavía recordaban los graves problemas de abastecimiento existentes en Oviedo hace medio siglo. "Era llegar septiembre y ya no había agua", coincidieron un hombre y una mujer septuagenarios que utilizaron el autobús puesto por la Escuela Municipal de Sostenibilidad ovetense desde Llamaquique para asistir a la actividad.

Huerta y Suárez coincidieron en exponer la complejidad de gestionar unas instalaciones que en algunos casos tienen muchas décadas de antigüedad. Desvelaron que Aqualia gestiona 68 depósitos, una veintena de bombeos, 700 hidrantes, mil kilómetros de red de abastecimiento y otros 800 kilómetros de redes de saneamiento.

Arriba, un grupo de visitantes, en las entrañas de la depuradora del Cabornio; sobre estas líneas, a la izquierda, Clara Huerta se dirige a los visitantes en el centro de control de la depuradora, y el embalse de los Alfilorios. | IRMA COLLÍN

Un grupo de visitantes, en las entrañas de la depuradora del Cabornio. / Irma Collín

La gerente hizo hincapié en los crecientes episodios de sequía sufridos en toda España. "Ya no hay casi temporada de esquí y la falta de nieve nos hace llegar muy justos al verano", recalcó. Es por esta falta de precipitaciones sólidas que, a pesar de las últimas lluvias, el embalse está solo al 75% de su capacidad con el invierno recién terminado.

Estas explicaciones despertaron el interés de los asistentes, quienes preguntaron por la viabilidad de recurrir a otras alternativas como las desalinizadoras o el aprovechamiento de agua no potable para los inodoros como solución a la sequía. "El problema es el coste", explicaron las expertas que, a pesar de los problemas, reconocieron que los consumidores de Oviedo son "muy responsables con el consumo de agua".

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