Otro rearme para la industria asturiana: la fábrica de proyectiles que aumentará plantilla en Oviedo

La factoría de la antigua Expal genera ya 320 empleos directos en Trubia

La fábrica de Rheinmetall Expal de Trubia, en una imagen de archivo.

La fábrica de Rheinmetall Expal de Trubia, en una imagen de archivo. / LUISMA MURIAS

Trubia

El rearme mundial derivado de la invasión rusa de Ucrania continúa contribuyendo a consolidar a Trubia como el gran motor industrial de Oviedo. La antigua fábrica de explosivos de la compañía Expal, reabierta en 2021 por el gigante alemán de la industria militar Rheinmetall, cuenta en la actualidad con 320 trabajadores. Los encargos millonarios de proyectiles de 155 milímetros han contribuido a que la planta situada en Quintana haya firmado en menos de cuatro años 200 contratos indefinidos, además de dar trabajo a otras 120 personas reclutadas a través de empresas de empleo temporal. "La cosa en nuestro sector pinta bien", explica Luis Martínez, que acaba de ser elegido presidente del comité de empresa de la fábrica hace apenas un mes.

La compañía anunció en noviembre de 2023, tras mantener una reunión con el presidente del Principado, Adrián Barbón, que había alcanzado los 150 trabajadores en la fábrica asturiana. El mismo día se puso como objetivo alcanzar los 300 "en unos meses" y casi año y medio después no solamente supera ese listón, sino que sigue avanzando hacia el objetivo de alcanzar los 400 empleos directos "en el medio plazo".

Desde el comité de empresa son optimistas sobre la posibilidad de alcanzar ese volumen de plantilla. Aseguran que la empresa ha adquirido numerosos tornos nuevos para aumentar la producción y que cuenta con equipos de ingenieros trabajando específicamente en la reparación y puesta en marcha de viejas máquinas de la planta que llevan muchos años en desuso. "Hay una voluntad clara de seguir produciendo cada vez más", comentan desde la plantilla.

Ingenieros trabajan en la planta para poner a funcionar varias máquinas que llevan años en desuso

La fábrica dio un nuevo paso hacia su consolidación como una gran industria ovetense el pasado 6 de febrero, cuando se celebraron las elecciones para constituir el primer comité de empresa desde la reapertura. UGT arrasó en las votaciones, consiguiendo seis de los nuevos representantes, mientras que CC OO se quedó con dos de los puestos y el noveno fue ocupado por un candidato independiente.

Dicho comité decidió elegir como presidente a Luis Martínez, un antiguo trabajador de Alcoa que ahora ve con satisfacción cómo una planta que llegó a cerrar sus puertas en marzo de 2020, justo al inicio de la pandemia de covid, se ha convertido en menos de un lustro en uno de los principales empleadores industriales de Oviedo.

Los representantes de los trabajadores destacan el empleo de calidad que se genera. Las instalaciones funcionan a tres turnos, con trabajadores que son contratados de acuerdo a las condiciones del convenio del metal, con salarios dignos y un buen número de turnos en los que los contratados descansan doce días al mes.

Demanda disparada

Aunque el número de empleados todavía está lejos del de sus vecinos de la fábrica de armas de Santa Bárbara Sistemas, donde en los últimos tiempos están trabajando a lo largo del año una media de entre 800 y 1.000 personas, el futuro inmediato de Rheinmetall Expal parece ser muy prometedor. La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 disparó la demanda de municiones, sobre todo en los proyectiles de 155 milímetros, en cuya producción son especialistas en Quintana.

La factoría trubieca es la encargada de fabricar mediante tornos y otras máquinas específicas el envoltorio metálico de los proyectiles, que posteriormente es trasladado a la planta burgalesa de Rheinmetall, donde se llena de carga explosiva. Posteriormente, se venden tanto a las Fuerzas Armadas españolas como a otros países europeos que a su vez suelen suministrar munición al ejército ucraniano.

Se espera que estos altos niveles de carga de trabajo alcanzados en la actualidad continúen al menos durante varios años. Incluso en el caso de que Rusia y Ucrania alcanzasen un acuerdo para poner fin a su conflicto bélico, la previsión de que los países europeos aumenten el gasto militar para rearmar sus ejércitos garantizaría la llegada de muchos más encargos de proyectiles a medio plazo.

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