Lágrimas y rock en la multitudinaria despedida a Alberto Toyos
"Knockin’ on Heaven’s Door", de Bob Dylan, puso el punto final al último homenaje de la gran familia de la música en Asturias al fallecido periodista radiofónico

La capilla de Los Arenales, durante la despedida a Alberto Toyos; en primera fila, en el centro, su hermana Pilar Toyos Rubiales, junto a sus hijas Pilar y Covadonga Santos Toyos y, entre ambas, su sobrino Alejandro Toyos García. | MARIO CANTELI

Alberto Toyos Rubiales nunca faltaba a los conciertos de los amigos, y ayer sus amigos, que eran sobre todo la gente de la música y la radio en Asturias, no faltaron a su despedida. Respondieron a una y celebraron los recuerdos felices que compartieron con él. También hubo lágrimas y rock and roll.
Toyos supo hacer sitio en las ondas a los artistas locales, entre los grandes éxitos nacionales e internacionales que emitía en radiofórmulas como Los 40 Principales, en la emisora de la familia, Radio Asturias, y más adelante en la Cadena Dial , que él puso en marcha en Oviedo. Acompañaba a las bandas que prometían y procuraba abrirles puertas. Ayer supieron agradecérselo: la asistencia a la celebración de la Palabra organizada por la familia en la capilla del tanatorio de Los Arenales de Oviedo fue multitudinaria.
La emoción y las lágrimas las pusieron la familia y los amigos. Su hermana Pilar Toyos , con sus hijas Pilar y Covadonga Santos Toyos, y su sobrino Alejandro Toyos García, el hijo de Paloma, la hermana pequeña de Alberto Toyos, fallecida el año pasado; también Luis Toyos, presidente de Radio Asturias, que era primo, y el director de Radio Asturias, Rubén Riaño, que también forma parte de la familia, entre algunos otros parientes y allegados.

Pablo Valdés, a la guitarra. / Mario Canteli
El rock corrió a cargo de Pablo Valdés, músico y buen amigo del periodista fallecido, que al terminar la ceremonia interpretó a la guitarra y con la armónica "Knockin’ on Heaven’s Door" de Bob Dylan. Fue el momento más sobrecogedor de la celebración religiosa.
Los amigos se repartieron por la capilla, sin espacio para tanta gente, y por los pasillos del tanatorio. También se reunieron a las puertas del edificio y en la cafetería. Eran tantos que lo ocupaban todo. Por un sitio u otro andaban los grandes de la música asturiana y algunas figuras de escena nacional. Jorge Martínez, el líder de "Ilegales", casi recién llegado de un concierto en Barcelona, el pasado sábado, y muy afectado por la muerte de Alberto Toyos, y también su hermano Juan; el fundador de "Nuberu", el cantautor Chus Pedro; Igor Paskual, ex "Babylon Chat", guitarrista de Loquillo, compositor y con carrera en solitario; Luis Dadá, de "Salón Dadá"; Rafa Kas y Maxi Compán de "Fe de Ratas"; Boni Pérez, el letrista de "Los Locos"; Ronny Río, de "Kactus Jack"; Ramón Blanco, voz de "Los Berrones"; Diego Mota, el bajista de "Movie Jack"; Julio Fernández, de "Perro Blanco Blues". También el guitarrista Borja García, Pipo Prendes, Pablo Moro, Vaudí, y así muchos otros más.

Chus Pedro, a la entrada del tanatorio. / Mario Canteli
Amplia fue también la representación de la familia radiofonica, de la televisión y la prensa. David Serna, Javier Blanco, Arantxa Nieto, Pilar Rubiera, José Ramón Patterson, Xuan Cándano.
Promotores, productores y managers, gestores culturales, como Béznar Arias, Enrique Patricio, Yolanda Lobo y Frank Delgado, Luis Salgado y Manjarrés, los hermanos Carlos y Toño Barral, de El Cohete Producciones .
En la despedida de Alberto Toyos coincidieron varios concejales de Cultura y Festejos de Oviedo, Alfonso Román López y Javier Antón Pertierra, y Javier Vidal, que además de concejal en la Corporación ovetense dirigió la Sociedad General de Autores, la SGAE, durante décadas. El día antes se había pasado otro antiguo miembro de la Corporación, Alberto Mortera. También se acerco hasta allí el ex director general de Promoción Cultural del Principado Carlos Madera.
Cerca de la familia, en primera fila, se sentó la decoradora Henar Ortiz, tía de la Reina Letizia.
Alberto Toyos, una voz radiofónica inconfundible para generaciones de asturianos, falleció en Oviedo, donde nació y vivió, el sábado pasado tras un ingreso hospitalario y un repentino agravamiento de su estado. Su gente, aún conmocionada, tardará en hacerse a la idea de su pérdida. Ayer se fue definitivamente, con un último bis en el gran recital que fue su vida.
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