"La comida compensa el mal tiempo", dicen los turistas que toman la ciudad

"Aunque el tiempo no se está portando bien, la sidrina, el cachopo y la fabada lo compensan". Con esta filosofía llegó esta Semana Santa a Asturias Celso Martínez, un cántabro que quedó prendado del Principado durante su despedida de soltero hace ahora nueve años y estos días explora la tierrina con otra perspectiva, acompañado de su mujer, Silvia Ortiz, y su hija, Miriam, así como de otra pareja de amigos malagueños, Pedro Ruiz y María Garrido, y la hija de estos, Paola. "Nos está encantando la ciudad es muy bonita", apuntó Ruiz como ejemplo de los miles de viajeros, en su mayoría de otras regiones españolas, que desde ayer toman la ciudad.

El "turismo de empacho", como se refería ayer el turista madrileño Iñigo García a la pasión por el bueno comer y el deseo de acompañar a los 9.500 jugadores que hasta el domingo disputan la Ovidedo Cup en la ciudad fueron los principales motivos esgrimidos por los viajeros consultados por LA NUEVA ESPAÑA para decantarse por el Principado y su capital como lugar de escapada para este largo puente festivo.

Uno de los grupos más numerosos visto por la plaza de la Catedral fue el integrado por los padres de jugadores del Santa Mariña, un conjunto vigués que el miércoles presentó en el Calatrava a casi 200 integrantes de su cantera. "Estamos pasándolo muy bien, aunque hay demasiada gente, nos está costando hasta reservar mesa en los restaurantes", explicó Montse Valdés, progenitora de uno de los jóvenes deportistas, con una sonrisa de oreja a oreja tras adquirir una gran caja con moscovitas.

Los más optimistas hasta sacaron conclusiones positivas de las inclemencias meteorológicas. "Hemos visto granizo, lluvia y un poco de sol; no podemos pedir más", indicaba con humor Raquel Guede, una madrileña que llegó el sábado a Oviedo en AVE y ayer agotaba sus últimas horas sacándose selfis con su marido, Javier López, y sus hijas, Aronia y Luar, en la escalinata de acceso a la plaza de la Catedral. En los días previos tuvieron tiempo a hacer escapadas al Naranco y también a Gijón, donde las hijas aseguraron disfrutar de lo lindo con el Acuario.

También desde Madrid, concretamente desde Móstoles, llegó Sergio Lázaro, acompañado por su mujer, Ely Jiménez, y sus hijos Alberto y Enzo. Los cuatro vienen a animar al más pequeño de la familia, que estos días está inmerso en la disputa de la Oviedo Cup con el equipo de la localidad madrileña. "Entre partido y partido tenemos tiempo a comer el famoso cachopo", sostuvo Lázaro, tras sacarse la ineludible foto familiar junto a la estatua de Mafalda en el Campo San Francisco. "Es increíble la cola que hay para fotografiarse con ella", añadió.

Entre las multitudes de gente caminando con maletas de ruedas, grupos acompañados por guías y personas con cámaras de fotos al cuello se dejaban ver constantemente equipos de fútbol base con sus uniformes oficiales. Es el caso del Club Deportivo Navega, un conjunto del barrio salmantino de Garrido, debutante este año en la categoría sub-11 de la Oviedo Cup, cuyos integrantes se repusieron de la derrota sufrida a primera hora de la mañana comiendo unos helados por el Antiguo. "Lo importante es pasarlo bien y aprender", explicó Samuel Blanco, entrenador del equipo charro.

El hecho de que las previsiones apunten a lluvia durante el resto del puente festivo animó a muchos viajeros a visitar el Naranco, utilizando el servicio de bus turístico, que el Ayuntamiento ha puesto en funcionamiento hasta mañana con un precio de 5 euros por billete. "Es una buena iniciativa porque está muy lejos para ir caminando", sostuvo la británica Inge Adams antes de subirse en Marqués de Santa Cruz al vehículo diseñado para disfrutar de las vistas de la ciudad en un recorrido circular de 50 minutos. "Ya vine el año pasado y me encantó, Oviedo es un tesoro", concluyó la inglesa.