Una campaña con IA quiere elevar los 18 kilos de vidrio que recicla cada vecino de Oviedo

Oviedo se marca el reto de subir su tasa de reciclaje de vidrio, cifrada en la actualidad en una media de 18 kilos anuales por habitante, con el objetivo de acercarse a las cifras que marca la Unión Europea como meta y de las que se quedó a medio camino en el año 2024. Para ello, el Ayuntamiento de Oviedo y Ecovidrio iniciarán próximamente una campaña, apoyada en herramientas de inteligencia artificial (IA), para tratar de elevar el reciclaje del cubo verde en los barrios con mayor potencial de mejora. Oviedo será el primer municipio de Asturias donde se pondrá en marcha esta iniciativa, que llegará más adelante a Gijón, Avilés y otros concejos de la comunidad autónoma.

El concejo de Oviedo generó 71.360 toneladas de basura el pasado año, de las que cerca de 4.100 correspondieron al vidrio que se recoge en el contenedor verde una vez a la semana. Es decir, cada ovetense recicló una media de 18 kilos de vidrio a lo largo del año. La media asturiana fue algo inferior, alrededor de 16 kilos por persona, mientras que la media nacional se situó en los 19 kilos per cápita, según detalló el concejal José Ramón Pando, responsable del área municipal que gestiona el reciclaje de residuos y la recogida de basuras.

La Comisión Europea fijó ambiciosos objetivos de reciclaje para sus Estados miembros: un 50 por ciento para 2020, un 55% para 2025, el 60% en 2030 y el 65% en 2035. Oviedo quedó lejos de esas metas. Según los datos del Ayuntamiento, solo se separó para su posterior reciclaje el 26,1 por ciento del total de basura generada. Concretamente, el vidrio supuso tan solo el 5,7 por ciento del total de residuos reciclados. Estas cifras reflejan que aún queda mucho margen de mejora.

«Vamos poco a poco; estamos subiendo en ciertos tipos de reciclaje y estoy seguro de que también vamos a mejorar en el reciclaje del vidrio», valoró José Ramón Pando en relación con la nueva campaña, cuya filosofía fue presentada por el delegado de Ecovidrio para Asturias, Germán Llana. «Hemos analizado, a través de herramientas de inteligencia artificial, una serie de variables demográficas, el consumo y la densidad poblacional, para identificar secciones censales —es decir, barrios— donde creemos que hay un notable potencial de mejora en la recogida de vidrio», explicó Llana.

Esta campaña, añadió, alcanzará a unas 11.000 viviendas y podría impactar a unos 21.000 habitantes, en zonas como la Argañosa, La Florida y calles del entorno de Francisco Cambó, en Vallobín. ¿Y en qué consistirá exactamente esta campaña? Para empezar, en los próximos días se buzonearán cartas en todos los portales de esas zonas, en las que se informará sobre los objetivos de la iniciativa y se animará a la participación vecinal.

La campaña estará gestionada por varios equipos de educación ambiental que, durante un mes, recorrerán los barrios seleccionados para explicar a los vecinos las ventajas y beneficios del reciclaje de vidrio. Además, repartirán material informativo y bolsas individuales para facilitar esta tarea en el hogar. Se trata de sensibilizar a la ciudadanía y reforzar la idea de que, con pequeños gestos, se puede generar un gran impacto ambiental.

Entre los ejemplos que utilizarán estos agentes para fomentar el reciclaje destacan dos datos ilustrativos: reciclar diez botellas de vidrio equivale al ahorro del consumo de energía de un televisor durante cuatro días o a evitar la emisión de gases de efecto invernadero que genera un coche en un trayecto de 15 kilómetros.

También informarán sobre qué elementos deben ir al contenedor verde —botellas, botellines, tarros y frascos— y cuáles no deben depositarse nunca, como los cristales, ventanas, espejos, vasos, copas, bombillas, fluorescentes, tapas, tapones, envases de medicamentos y piezas de cerámica o porcelana. Un reciclaje eficaz depende no solo de la cantidad, sino también de la calidad de lo que se deposita en el contenedor.