Entrevista | Christina Rosenvinge Cantante, actúa hoy en Oviedo

"Viene de muy atrás eso de que la mujer que sale y tiene éxito lo paga con su vida"

Con cuarenta años de carrera, la compositora se considera "una excepción", "una artista transgeneracional que no ha muerto en una generación".

Rosenvinge, en una imagen promocional. | PABLO ZAMORA

Rosenvinge, en una imagen promocional. | PABLO ZAMORA

Chus Neira

Chus Neira

Oviedo

Christina Rosenvinge (Madrid, 60 años) despide hoy alrededor de la medianoche el festival póetico "Voces del Fornu", que celebra su primera edición en la plaza de Trascorrales de Oviedo con otras tres propuestas de versos y música desde las siete de la tarde (Pablo X. Suárez, Miriam Reyes y Silvia Penas). Rosenvinge cerrará el programa con "Versos sáficos", disco que lanzó hace año y medio con adaptaciones de los versos de la gran autora clásica griega y que antes tuvo forma de obra de teatro. La acompañará la guitarrista Amaia Miranda.

Hoy estará junto a otras voces de mujer, Miriam Reyes o Silvia Penas. ¿Cómo es su relación con estas nuevas generaciones de creadoras?

La presencia de mujeres es algo que se está normalizando. Lo que era llamativo era su ausencia. En el mundo de la música, durante mucho tiempo, su presencia era mínima. Y aún ahora sigue siendo desigual. En la literatura es distinto y se está llegando a un equilibrio. Lo que nos tiene que extrañar es lo que pasaba antes, no lo que pasa ahora.

Esas fotos de La Movida en que casi era la única presencia femenina.

Claro, y la pregunta no era por qué había llegado yo ahí, sino por qué no había más como yo.

Algo ha cambiado.

Y es muy bonito. Cuando me puse a seleccionar mujeres para el proyecto de Safo encontré muchísimas mujeres. Antes era una rareza. Era difícil buscar instrumentistas. Y hay una diferencia respecto a los músicos hombres. Es mucho más fácil buscar una mujer que toque un instrumento y que tenga experiencia en otras cosas, en danza, en interpretación… El caso de Lucía Rey, por ejemplo, que es una pianista de jazz extraordinaria pero resulta que también tiene el conversatorio de danza. Eso de los multitalentos es algo muy excepcional que se está dando mucho entre las mujeres jóvenes.

Estas canciones de Safo llegan ya muy rodadas, el disco salió después del proyecto teatral.

Fueron procesos distintos. Las primeras canciones nacieron para el proyecto teatral y luego, como me gustó mucho el resultado, pensé que era una pena que se quedara ahí. En el teatro las canciones eran un elemento más, la parte textual, con lo cual era difícil que la gente se detuviera a ver cómo había adaptado la estrofa sáfica. Por eso pensé que había que darle su propio espacio a las canciones. Decidí grabar el disco y empezamos la gira a la vez que iniciábamos otra, la de conmemoración de "Que me parta un rayo". Ha sido una temporada divertidísima, con dos vidas paralelas, y dos proyectos que no tenían nada que ver. Uno con una banda de chicas y otro con una de chicos.

¿Cómo vivió esa "esquizofrenia" artística?

Los conciertos de "Que me parta un rayo" son muy primarios, son canciones de rock, muy sencillas, y dependen mucho de la energía que tengas. Los "Versos sáficos", sin embargo, son mucho más exigentes. También una cosa era tocar en teatros y otra ante miles de personas en festivales y salas para el público latino. Fue muy interesante vivir el contraste, y si tuviera que elegir no sabría con cuál de las dos quedarme, las dos me encantaron. Ahora, es cierto, estoy haciendo el final de Safo pero sé que no va a ser un final, porque es un proyecto que me van a ir pidiendo de aquí y allá por el valor de la obra de Safo. Porque despierta un interés infinito. Este año estaré en Dublín, en Nueva York…

¿Ha pensado adaptarlo al inglés?

No, buff... ¡Se me ponen los pelos de punta sólo de pensarlo! Primero, porque yo misma he intentado adaptar mis canciones del inglés al español y del español al inglés con enorme frustración. Siempre supone una pérdida. Por otro lado, es que en algunas de estas canciones mantengo la estrofa sáfica de endecasílabos y pentasílabos y reproducir todo eso en inglés resultaría dificilísimo. Me encantaría que otro lo hiciera. Como dice Aurora Luque, Safo es infinita y cabe gente haciendo cosas en torno a ella durante muchos siglos.

Habla de la dualidad entre el rock y estas canciones de Safo. Sin embargo, en algunas de ellas también hay un lenguaje primario de rock.

Sí, y experimentación ruidista.Pero es un rock mucho más sofisticado, y el otro es mucho más primario. Pero no le quito importancia. Ese tipo de canciones primarias son dificilísimas de escribir, porque es como hacer una tortilla de patatas, algo sencillo que tiene que funcionar con cuatro elementos y sin ninguna pretensión. Hay que tener una ingenuidad y una energía muy particular. Me ha costado mucho aprender a hacerlo.

Supongo que lo que una gana en experiencia lo pierde en ingenuidad.

Quieras que no, te vas sofisticando: Y es muy difícil, cuando vuelves a los tres acordes, volver de la misma manera que cuando descubres por primera vez el punk. Lo decía Lou Reed. Que la primera vez que tocas la-mi-re piensas que has sido el primero que lo ha hecho, que lo has inventado. Lo haces desde un sitio más genuino y con un impacto que no vuelve a ocurrir.

De Safo a Marianne Faithfull, ¿cómo ha sido el viaje de las mujeres que cantan y escriben, de las poetas?

No muy distinto al de un hombre. La experiencia interior no es, en absoluto, distinta. Escribes desde el mismo sitio. La cuestión es cómo lo reciben los demás. Esto es muy interesante, porque Safo tuvo mucho éxito, una estela enorme, y sin embargo se le inventa una leyenda de suicidio para convertirla en poeta suicida inaugurando una desgraciadísima estirpe, hasta nuestros días, que viene a decir que no se puede ser mujer artista de éxito. Pero es que esta leyenda es mentira. Es un mito. Ahora ya se da por bueno que Safo murió muy mayor, en la cama, y siendo una artista de tremendo éxito, hasta el punto de que su cara estaba en las monedas. Con lo cual, resulta cuanto menos impresionante darte cuenta de que esto es algo que empieza desde muy atrás, el mito de que una mujer que sale fuera de casa y tiene éxito lo tiene que pagar con su vida.

¿Usted lo ha sufrido?

Sí, claro. Mi trabajo era distinto por ser mujer. Yo no me he dedicado a ello, pero hay estudios de cultura popular y de género donde han puesto de ejemplo la críticas que me han hecho, muy sesgadas por una visión sexista.

Cuando hoy piensa en ellas desde una carrera tan larga y reconocida… ¿Se ríe, se encoge de hombros?

Me da un poco de pena ser una excepción. Es verdad que tengo una carrera larga, sigo en activo y hago muchas cosas. Creo que soy una artista transgeneracional, y por eso tampoco he muerto en una generación. Pero lo normal es que hubiera muchas más como yo.

¿A la condición de ser mujer sumó, como doble dificultad, la etiqueta de extranjera?

En todo caso habría sido una etiqueta de extranjera que habría funcionado de forma positiva, por una cuestión de racismo inverso. Muy diferente hubiera sido que hubiera sido morena, bajita y gordita. El hecho de venir de los países escandinavos me daba una situación de privilegio. Por otra parte, no creo que la gente me perciba como extranjera al haber nacido aquí y haber ido al colegio aquí, aunque sea hija de inmigrantes.

Ahora ha sido Safo. En 2011, con "La joven Dolores", varios mitos. ¿Qué le pasa con el mundo clásico?

Que encuentras el espejo de la humanidad, todos los comportamientos humanos descritos de forma muy poética. Por eso es clásico.

¿Nuevas canciones?

Sí, está a punto de estrenarse "Hombres íntegros", película mexicana de Alejandro Andrade donde hago la banda sonora e incluyo una adaptación de una canción popular francesa del siglo XV, un himno cátaro, que parece litúrgico pero está lleno de claves, con un lenguaje oculto. Y estoy trabajando en un disco nuevo. Todavía no sé por dónde van a ir las canciones pero me parecen muy distintas a lo que suelo hacer. Aunque siempre tengo esa sensación y luego el público, también por mi eclecticismo, suele aceptarlo.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents