Oviedo, a pie de calle | Carmen Ruiz-Tilve Cronista oficial de Oviedo

"Oviedo debe saber lo que es y no pretender ser lo que no es; tiene que modernizarse manteniendo sus tradiciones"

"Me gustan las distintas fiestas de la ciudad, aunque en San Mateo todo se desborda excesivamente"

Carmen Ruiz-Tilve, en su domicilio de Oviedo.

Carmen Ruiz-Tilve, en su domicilio de Oviedo. / Mario Canteli

Chus Neira

Chus Neira

Oviedo

LA NUEVA ESPAÑA presenta la serie "Oviedo, a pie de calle", un recorrido por una ciudad de más de mil doscientos años, una capital a escala humana que se vive a través de sus barrios. En diversas entregas, la serie ofrecerá un paseo por esos barrios en busca de las historias humanas que definen a la capital asturiana. En la siguiente entrevista, Carmen Ruiz-Tilve, cronista oficial de Oviedo, ofrece su particular punto de vista sobre la ciudad. 

Carmen Ruiz-Tilve (Oviedo, 83 años) es cronista oficial de la ciudad en la que ha vivido toda su vida, de San Pedro de los Arcos a Llamaquique. Novelista, historiadora y profesora universitaria jubilada de Ciencias de la Educación, ejerce este cargo con orgullo y constancia, presente sin fallo en las citas importantes en el salón de Plenos. En su memoria, la ciudad se multiplica más allá de sus vivencias, también en el Oviedo que retrató su padre, el delineante Francisco Ruiz Tilve, y en el Antiguo, donde ejercía su abuela, la maestra Matilde Tilve. A modo de bienvenida a la sección "Oviedo, a pie de calle" que LA NUEVA ESPAÑA dedicará durante los próximos meses a la ciudad milenaria, con un recorrido barrio a barrio, Carmen Ruiz-Tilve se para a pensar, otra vez, en este lugar, su lugar.

¿Cómo siente Oviedo en este momento vital?

Estoy muy vendida a Oviedo. Es muy importante para mí desde todos los puntos de vista. Desde la cercanía, desde la historia… Oviedo es mucho y aquí estoy.

¿Qué le desea a Oviedo para lo que viene?

No sé lo que me quedará por ver, pero que no se desorbite, que siga manteniendo tradiciones y modernizándose, por qué no. Pero dentro de nuestros límites. Saber lo que es y no pretender ser lo que no es.○ n

Oviedo es mucho y también son muchos. El Oviedo religioso, el universitario, el industrial, el comercial….

Pero está cada vez más unificado. El Oviedo universitario está un tanto venido a menos, por más que lo sintamos. Del Oviedo comercial también podría decir lo mismo. Pero seguimos estando aquí muy bien, contentos de lo que somos, nosotros, los ovetenses de verdad.

¿Quiénes son esos?

No necesariamente los nacidos aquí. El nacimiento no es vital. Puedes no ser de Oviedo y sentirte ovetense. A partir de ahí, perdonamos muchas cosas.

¿Qué perdonamos?

Pues todas esas cosas que se han ido perdiendo en una ciudad que, a pesar de todo, seguimos queriendo.

Pero ¿cómo somos los ovetenses? ¿qué significa ser de Oviedo?

Somos como somos y estamos muy conformes con cómo somos.

¿Cierto conformismo, entonces?

Quizá

Luego hay cosas muy de aquí que no han cambiado tanto. El Campo.

Me parece una cosa maravillosa. Antigua y moderna a la vez. El Campo San Francisco está totalmente vivo y lo que necesita es que no se le meta mucha mano

El Oviedo comercial

Las tiendas clásicas desaparecieron casi todas. Surgen otras, varias, pequeñas tiendas, pero duran poco. En todo caso, es cierto, la vida comercial sigue activa.

Está la dulcería carbayona. Todas esas confiterías.

Sí, las confiterías aguantan mucho mejor

¿Somos llambiones? ¿Es llambiona la cronista de Oviedo?

No, no soy llambiona. Pero a todo el mundo le gusta un dulce.

¿Cuál es su preferido?

Un milhojas de una tienda que hay por aquí cerca de mi casa.

Vive en Llamaquique.

Cuando hicieron la casa en que vivo ahora no había más que praos. Llevo aquí más de cincuenta años y sigo muy contenta aquí, Esto ahora está muy construido, muy ocupado. Y sigue siendo un barrio alegre, abierto.

Está además al lado de un colegio

Sí, pero los niños dan unas voces…

Oviedo, "la bien novelada" ¿Por qué ha gustado tanto a los escritores?

Quizá por su condición de ciudad de segunda, no triunfadora en nada, sometida a la costumbre, Yo, aquí, donde me ves, tengo seis novelas donde sale. Creo que Oviedo es un buen lugar para escribir y para leer.

Más lugares importantes. La Catedral

La Catedral y todo el barrio que la rodea. Es un sitio importantísimo, sigue siendo el pico más alto de la ciudad, y si no lo es, lo parece.

El Antiguo es un tesoro, ¿no?

El barrio viejo es importante. Y es igual de importante que siga vivo.

Hay mucho turista ahora.

Antes no había ninguno. Hace unos años algunos empezamos a salir de veraneo. Y no me extraña que la gente venga y que guste.

¿Por qué? ¿Por aquello de la ciudad limpia, de cuento de hadas que dijo Woody Allen?

Y porque es una ciudad distinta.

¿En qué?

En todo. Todo lo hace el propio. El Campo, los barrios que aglutinan. No es que sea una ciudad especialmente bonita pero sí es singular.

¿El Oviedo de los barrios?

Nací en Santa Susana, que era y es una calle muy guapa y muy tranquila. Fui a vivir a San Pedro de los Arcos que era, entonces, completamente nueva. Y luego están los barrios clásicos, en los alrededores de la Catedral, Y más allá, no sé, la avenida de Galicia…

Y Vallobín, Pumarín…

El Oviedo populoso y popular.

La Corredoria, también.

Ahí tengo un colegio con mi nombre, y es muy guapo. La Corredoria es casi una ciudad ya, es grandísimo.

Tenemos un monte también.

El Naranco, el probe, de guapo no tiene nada. Tuvo fuegos de vez en cuando, algunos gordos. Y siempre hubo gente acostumbrada a subir allí todos los días.

La Cuesta, se llamaba

Sí, la Cuesta. Y el Pico del Paisano.

Y el Oviedo de las fiestas, popular.

Está bien que lo haya. Aunque yo no vaya. Pero soy balesquida. Es una fiesta guapa, y luego tienes San Mateo que se desborda todo. En mi opinión, excesivamente.

Y todo el Oviedo rural.

Claro que sí. Debemos cultivarlo y vivirlo. Es una zona muy guapa que tiene muchas ventajas, muy guapa, con una historia muy importante y muy amena en sí misma.

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