Fallece un hombre de 86 años en Oviedo en el incendio de su vivienda en La Argañosa

Un argentino de 86 años falleció la madrugada del lunes al martes durante un incendio que se originó en su vivienda del barrio de la Argañosa. Los primeros indicios señalan que el fuego se desencadenó por culpa de una vela: "Era creyente y todos los días encendía una a algún santo", explicó el propietario de una carnicería muy cercana a la vivienda, David Rodriguez. La víctima era un cliente habitual de su establecimiento. "Era un hombre afable, una buena persona, es una desgracia lo que ha ocurrido", afirma el comerciante.

Los hechos ocurrieron alrededor de las dos de la madrugada, en el portal número 3 de la calle Bernardo Casielles, muy cerca del Carlos Tartiere. La víctima vivía sola en el entresuelo B de la escalera derecha. Justo encima vive Sandra Figueira. Fue su perro quien la alertó de que estaba ocurriendo algo. Miró y vio una gran nube de humo. De inmediato, dio aviso a los servicios de emergencias. "Llegaron a los cinco minutos".

Los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) llamaron a la puerta del hombre para ver si respondía o daba alguna voz. Ante la falta de respuesta, entraron ataviados con mascarillas para evitar respirar la inmensa nube de humo que había.  Allí encontraron a la víctima sin vida, según informaron fuentes de la concejalía de Seguridad Ciudadana, liderada por el concejal José Ramón Prado. La muerte fue certificada por el personal sanitario, que se desplazó hasta el lugar de los hechos en ambulancia.

 También fue avisado el médico forense y los efectivos de la Policía Judicial y Científica, que recogieron todo tipo de pruebas para determinar cómo ocurrieron los hechos. Hacia las cuatro de la mañana, fue levantado el cuerpo, con destino al Anatómico Forense para practicarle la autopsia. Mientras tanto, los Bomberos ventilaron la zona. Colocaron diversa maquinaria en el portal para evitar intoxicaciones y los agentes de la Policía Local controlaron la zona para evitar incidentes mayores y advertir a los pocos conductores que a esas horas circulaban por la zona para que extremasen la velocidad ante la intervención del resto de servicios de emergencias.

Con la luz del día, los vecinos aún no podían creer lo que había pasado. "Era muy agradable", señaló el vecino Faustino Burón; Poco a poco, el resto de residentes de la zona se iban enterando de lo que había ocurrido y mostraban su pesar. La vivienda permanece precintada.

Los Bomberos inciden en la colocación de detectores de humo, que se activan con una fuerte alarma cuando se desata un incendio. Tal es de fuerte el sonido, que despierta a las personas que están durmiendo para que se pongan a salvo. El lugar idóneo de colocarlo es en el techo. Si la casa tiene menos de 60 metros cuadrados, bastará con un dispositivo. Si es mayor, se han de colocar dos. Las recomendaciones es que uno esté a la altura de la cocina; y otro donde las habitaciones. Estos dispositivos funcionan a pilas. Los expertos aconsejan cambiarlas una vez al año y en algunos países, como Francia es obligatoria su instalación desde hace una década.

Para concienciar a los ovetenses de su importancia, el equipo de gobierno, liderado por Alfredo Canteli, puso en marcha hace un par de años una campaña para la instalación de 330 detectores en viviendas. Una acción que se llevó a cabo gracias a una acción de la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de técnicos de Bomberos.