La llegada a la cárcel de los padres de la "casa de los horrores": con mascarilla y evitando todo contacto con otros presos

La pareja carece de antecedentes policiales y los últimos meses tuvo dificultades para pagar los más de mil euros del alquiler de la vivienda

La llegada de los detenidos al Palacio de Justicia de Llamaquique.  | E. P.

La llegada de los detenidos al Palacio de Justicia de Llamaquique. | E. P.

l. B. / Y. G.

Oviedo

Sin quitarse la mascarilla, evitando en todo momento interactuar con otras personas y con seguimiento médico. Así pasa las horas en la cárcel de Asturias el matrimonio detenido por mantener encerrados desde diciembre de 2021 a sus tres hijos de entre ocho y diez en años en una vivienda de Fitoria conocida ya popularmente como la "casa de los horrores". El hombre, un alemán de 53 años, fue enviado a la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) del centro penitenciario este fin de semana, en la que ya había ingresado el miércoles su esposa, de 48, tras ser ambos valorados por los expertos del recinto carcelario.

Según confirmaron ayer fuentes cercanas a la investigación, la pareja carece de antecedentes policiales en su país y tampoco consta que hubiese recibido ninguna advertencia de los Servicios Sociales del país germano por no escolarizar a sus hijos. Las mismas fuentes apuntan que el matrimonio tuvo dificultades en los últimos meses para abonar los más de mil euros de alquiler mensual pactados con un bufete de abogados con sede en Madrid, a través del cual se firmó el contrato de arrendamiento con el cabeza de familia en octubre de 2021.

En diciembre de aquel año la familia se trasladó a Oviedo, aunque para la administración solo figuraba como empadronado el padre. Los arrendadores llevaban tiempo sospechando que podría haber más gente en la casa, pues llegaron a ponerse en contacto con el hombre, el cual les reconoció que tenía camas y cunas instaladas en la vivienda para acoger a su familia cuando venían a pasar "estancias vacacionales".

A los problemas para hacer frente al alquiler se habrían sumado otros impagos. Los agentes de la Policía Local que el pasado lunes accedieron a la vivienda y se encontraron con los tres niños viviendo entre excrementos, montones de pañales sucios, compresas y tampones, entre otros residuos, también encontraron numerosas cartas con reclamaciones de pagos por parte de la administración del Principado, posiblemente de algún impuesto derivado de la actividad económica del padre, que teletrabajaba como "cazatalentos" autónomo.

La noticia del arresto del varón causó un "enorme impacto" a Vitaliy Istomov, dueño de la empresa tecnológica berlinesa Green Beans, con la que el detenido colaboró unos meses de forma telemática como asesor de recursos humanos. "Sólo tuve con él un par de videollamadas para hablar de contrataciones. En nuestras interacciones me pareció bastante profesional y no detecté ninguna señal extraña, menos aún de esa magnitud", asegura Istomov a LA NUEVA ESPAÑA. El empresario sabía que Steffen vivía en España, pero desconoce las razones por las que abandonó Alemania, país en el que la "casa de los horrores" de Fitoria está teniendo mucha repercusión, hasta el punto de que la Policía Local valló ayer el entorno de la misma ante las quejas de algunos vecinos agobiados por la continua presencia de periodistas y cámaras centroeuropeos.

Otras fuentes conocedoras del caso apuntan a que la mujer podría llevar la voz cantante en la casa. Al menos eso apreciaron algunos agentes participantes en la entrada a la vivienda, a los que sorprendió que la mujer afeara a su hijo mayor, que intentara hablar en español con alguno de los agentes.

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