El Cristo, un agujero negro de 36 años que necesita más ideas, dinero y muchas obras

El proyecto del Rector para lanzar el nuevo campus y llevar al viejo HUCA las facultades de Llamaquique requiere de financiación regional urgente para abrir espacio en el centro a la Ciudad de la Justicia

El Cristo, un agujero negro de 36 años que necesita más ideas, dinero y muchas obras

El Cristo, un agujero negro de 36 años que necesita más ideas, dinero y muchas obras / LNE

Álvaro Faes

Álvaro Faes

Oviedo

El día del futuro en que alguien eche unas cuentas sobre lo que pasa en el Principado podrá inventar el calendario astur y dejar para la historia una explicación de cómo en los siglos XX y XXI, en una región pequeña, verde y fresca de un país grande, dorado y caluroso, el tiempo corría distinto a la hora de solucionar los problemas de sus gentes. Cuarenta años para resolver el túnel que lleva el tren hasta la Meseta o cuatro para un kilómetro y pico de carril de autovía son la punta del iceberg de metrotrenes, soterramientos, nudos, incineradoras, estaciones y rondas dibujados, planeados y prometidos pero relegados a avances de caracol o, directamente, ignorados. Oviedo tiene su propia y larga lista pero últimamente el foco de lo negativo se sitúa en el Cristo, en el solar que desde los años sesenta ocupó el que fue hospital de referencia en Asturias. Ahora, once años después de que en la Cadellada viese la luz uno de los centros sanitarios más modernos y eficaces del norte de España, el lugar que ocupó su antecesor es un nido de inmundicia, pasto de saqueadores y un caramelo envenenado que necesita mucho dinero, ideas y un volumen de obras difícil de imaginar. Después de una retahíla de idas y venidas, la Universidad acaba de lanzar su diseño para organizar allí un gran campus, “el reto más importante desde que se construyó el Milán”, dice el rector Villaverde, de 102 millones de euros y un optimista horizonte de finalización de seis años, en 2031. Falta un detalle no menor, toda la financiación, que se supone en negociación con el Gobierno Regional. A Oviedo le urge tapar ese agujero y la ampliación del campus del Cristo, después de que todos los actores se hayan puesto de acuerdo, puede ser la sutura de un barrio que se descosió en 2014 cuando el hospital se mudó a la otra punta de la ciudad.

Que algo habría que hacer ahí se pudo saber hace ya 36 años, cuando nació, por acuerdo entre el Principado y el Insalud, el Hospital Universitario Central de Asturias y ya se habló de que, en un futuro no muy lejano, la región necesitarías sustituir todo aquel complejo regado de edificios por un único centro.

Cuando llegó la hora de poner la primera piedra, en Oviedo y en Asturias gobernaban dos políticos de acción y efectos. Así que Gabino de Lorenzo, alcalde de la capital, y Vicente Alvarez Areces, presidente regional, posaron felices el 1 de abril de 2005, extasiados con el nuevo juguete y pensando más bien poco en el muñeco viejo que terminaría olvidado en el trastero del Cristo. Quedaron para hablar de ello cinco años más tarde. Pero, entre unas cosas y otras, hubo que esperar hasta 2015, con el nuevo hospital inaugurado, para que el Principado lanzase un concurso de ideas que dio con el ganador dos años más tarde, un proyecto de campus universitario rodeado de una especie de jardín botánico.

Antes, en 2006, hubo una fecha clave cuando el gobierno central y el regional llegan acuerdan una permuta para que el Principado se hiciese cargo de los terrenos de cara a un futuro planeamiento.

Después de un tortuoso camino, todo parecía hecho en 2022, con el documento de prioridades del Plan del Cristo preparado para aprobar en el Pleno. Sin embargo, los planes de los dueños del suelo cambiaron en el último momento y hubo que dar marcha atrás. El Ministerio de Interior, titular del cuartel de Buenavista, y la Tesorería de la Seguridad Social, a cargo de Maternidad, Silicosis, Consultas Externas y la Residencia ya no veían tan bien las compensaciones que figuraban en el acuerdo. La Policía ya no derribaría sus instalaciones, sino que las reformaría y a la Tesorería, el pacto de 2006 no le convencía para quedarse sin los edificios.

Había que volver a la casilla de salida. Ya nada valía, ni siquiera el proyecto ganador del concurso de ideas, llamado HUCAMP, que además de nuevos edificios universitarios, reciclaba para usos dotacionales los edificios que podían salvarse.

El Cristo, un agujero negro de 36 años que necesita más ideas, dinero y muchas obras

A la izquierda, Vicente Álvarez Areces pone la primera piedra del actual HUCA, en 2005, ante la entonces consejera de Bienestar, Laura González; el delegado del Gobierno, Antonio Trevín; el rector de la Universidad de Oviedo, Juan Vázquez, y el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo. / Jesús Farpón

El Principado se quedó solo ante el peligro y habló de la demolición del Hospital General y la rehabilitación de los hongos de consultas externas. El presidente Barbón propuso llevar las Facultades de Llamaquique a los edificios de la Seguridad Social y hacer espacio así para la Ciudad de la Justicia en el centro de la ciudad.

Cuando el rumbo estaba enderezado, la huelga de los vigilantes de seguridad del enorme recinto de más de 230.000 metros cuadrados, con quienes su empresa no cumplía los pagos, dejó todo aquello de la mano de Dios. Lo que se había mantenido durante años con relativa dignidad, quedó reducido a escombros en unos pocos meses. El pillaje acabó con cualquier cosa que pudiera tener valor para chatarra. Los edificios parecían escenario de guerra, sin ventanas, sin tapas de registros, allanados, vandalizados, toda descripción se queda corta, con cuadrillas profesionalizadas que acudían a saquear con total impunidad.

La bochornosa situación y la presión ciudadana dio su fruto a finales del año pasado, cuando el Principado, al fin, contrató la demolición de los edificios de su propiedad. Lo harán a lo largo de este mismo año. De momento, sin grandes despliegues, ha comenzado la limpieza, una tarea ardua.

Y solo hace ocho días el Rector lanzó su proyecto para 2031 con la idea de ejecutarlo en tres fases y esos 102 millones que debe negociar con el Principado. Fuerte velocidad de crucero y de forma casi inmediata habría de tomar el proceso para verlo ya resuelto en esos años que señala Ignacio Villaverde. Pero que los pensamientos y las declaraciones de intenciones estén ya en ese punto hace legítimo ser relativamente optimista y pone los ojos en el Principado y todo ese dinero, trabajo e ideas por hacer. Aunque después el ritmo lo imponga el calendario astur.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents