La hija de maestro republicano que enseñó Historia de España

La profesora Carmen López Villaverde se volcó en trabajar con la Sociedad Protectora de la Balesquida tras el fallecimiento de su marido, Francisco Blanco, que presidió la entidad

Carmen López Villaverde, en el salón de su casa de Oviedo, con la reproducción de la capilla de la Balesquida que le regaló la Sociedad Protectora al nombrarla socia de honor.

Carmen López Villaverde, en el salón de su casa de Oviedo, con la reproducción de la capilla de la Balesquida que le regaló la Sociedad Protectora al nombrarla socia de honor. / J. A. A.

Oviedo

Vive a escasos metros de donde transcurrió gran parte de su carrera profesional como profesora de Historia en el Instituto Aramo. Hija de maestro republicano, nacida en 1936, Carmen López Villaverde lleva toda una vida, que ahora anda por los 89 años cumplidos, entre Oviedo y su Cangas del Narcea natal, a la que tanto le gusta volver para las fiestas. "Yo del Carmen, la procesión y la Descarga", confiesa.

Carmen López Villaverde, en el salón de su casa de Oviedo, con la reproducción de la capilla de la Balesquida que le regaló la Sociedad Protectora al nombrarla socia de honor. | J. A. A.

La hija de maestro republicano que enseñó Historia de España / LNE

Cuando Carmen llegó a Oviedo contaba apenas quince años, acaba de arrancar la década de los cincuenta del siglo XX. "Estudiaba quinto de bachiller, los cuatro primeros años de bachiller los hice libres, me preparaba en una academia de Cangas del Narcea a lo largo del año y venía a examinarme aquí. Era una opción que ahora no existe", cuenta Carmen López Villaverde del inicio de una biografía personal también muy ovetense. Tanto que la Sociedad Protectora de la Balesquida le nombró esta misma semana socia de honor, un reconocimiento que tiene en cuenta su valía personal y su apoyo desinteresado a una entidad que conoció "como consorte cuando mi marido, Francisco Blanco, fue llamado a la directiva por Luis Prieto, sobre el año 1987". Pero la Balesquida tiene capítulo aparte en la trayectoria vital y familiar de Carmen López.

A su padre no le fue nada fácil tras la Guerra Civil, como tantos otros maestros que habían sacado su oposición en los tiempos de la República. "Tuvo sus problemas, estuvo en la cárcel, de aquella los maestros republicanos estaban mal vistos y estuvo unos años sin poder ejercer. Después ya pudo dar clases en el Colegio San Agustín, que estaba al lado de la Muralla, donde se encuentra ahora la Casa Sacerdotal. Llegó a tener setenta alumnos en clase. Luego ya lo reincorporaron el cuerpo de maestros y le dieron la escuela en Prendes, donde estuvo hasta que jubiló, a los setenta años", rememora Carmen López de una vida que siempre estuvo muy unida a la de sus progenitores.

La hija de maestro republicano que enseñó Historia de España

La hija de maestro republicano que enseñó Historia de España

Oferta laboral en la boda

La adolescente que acabó sus estudios preuniversitarios en el Instituto Femenino de Oviedo, por aquellos años ubicado en la calle General Elorza, se matriculó en Filosofía y Letras para formar parte de la promoción 1955-1960. Contrariamente a lo que se pudiera pensar, la presencia femenina era importante en aquella Universidad. "Empezamos como sesenta, pero muchas no hicieron nada o marcharon a Santiago y Valladolid para hacer Clásicas o Historia porque los dos primeros cursos eran comunes para la rama de Letras". En la orla del final de la promoción, mayoría absoluta femenina entre los licenciados: 16 mujeres y seis hombres.

Recibió una beca para dar clases de Griego en el Femenino, pero su boda con Francisco Blanco, acabó con anécdota incluida. "Al acabar la ceremonia, una monja teresiana se me acercó y me ofreció dar clases de griego en verano porque la profesora se iba de vacaciones". Carmen López aceptó encantada: "Mira qué pronto me coloqué".

La hija de maestro republicano que enseñó Historia de España

La hija de maestro republicano que enseñó Historia de España

Durante un tiempo, la joven profesora dio clase en tres centros, el Instituto, en el Hispania y en las Teresianas, de forma simultánea. "Luego ya preparé la oposición, de Historia, la saqué y me dediqué al Instituto. Tuve cuatro hijos, pero yo era hija única y mis padres me ayudaron en todo", revela Carmen López.

Sacó la oposición en 1974, pero la incorporación, con un permiso de por medio, se produjo en 1975. Después de tres cursos en el instituto de Ventanielles, salió un concurso de traslados. "Y ya vine para el Aramo", donde permaneció ya hasta su jubilación. Cuando se le pregunta por su parte preferida del temario, no duda: "Lo que más me gustaba era dar la Edad Moderna, la evolución que había tenido la historia de España".

Su esposo, Francisco Blanco, fue primero tesorero de la Sociedad Protectora de la Balesquida y posteriormente presidente. Fue una etapa de gran actividad. "Se consiguió la subvención municipal, se empezaron a organizar conferencias y se recuperó la figura del Heraldo, que iba al ayuntamiento a pedir la venia para celebrar la fiesta, que se había perdido hacía 150 años". Su marido murió en 2010. Meses después, la Protectora animó a Carmen López a formar parte de la entidad. "Estuve unos años de vocal, luego de secretaria y ahí seguimos", comenta, porque hay cuerda para rato, si los problemas de movilidad no lo impiden.

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