El arte asturiano arropa a Reyes Díaz al inaugurar su gran retrospectiva en Oviedo

Para Reyes Díaz (Gijón, 1948) "Un tiempo azul", la retrospectiva que desde ayer le dedica la sala del Sabadell-Herrero en Oviedo, en colaboración con la Consejería de Cultura del Principado, es "un regalo". Un centenar de cuadros sintetizan sus cincuenta años de entrega al arte, aunque la comisaria de la exposición, Sara Moro, asegura que darían para mucho más. En esas cinco décadas, reconoció la artista, su "mundo pictórico no ha variado mucho; siempre pintando lo mismo, indagando en el color y las líneas invisibles de la pintura". Confesó que, a veces, se aburre y contó que son esos momentos en los que tiene que remontar el tedio en los que su creatividad se expande. Es una mujer de vida retirada y enemiga de las prisas. "Necesito ese tiempo lento", confesó.

Reyes Díaz reconoció estar "sorprendida por tanta gente" como acudió ayer al mediodía a la inauguración de su exposición. Allí estuvieron el director general del Sabadell-Herrero, Pablo Junceda, y la consejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez. También la vicepresidenta de la Junta General del Principado, Celia Fernández, y una amplia representación del mundo de la cultura y las artes en la región. Del Bellas Artes de Asturias acudieron el conservador Gabino Busto, al frente temporalmente de la dirección, y el presidente de los Amigos del Museo, Alfonso Martínez; hubo galeristas como Diana Llamazares y Guillermina Caicoya; críticos como Santiago Martínez y Luis Feas, y muchos artistas –Fernando Alba, Bernardo Sanjurjo, Manuel Linares, Ricardo Villoria o Miguel Galano–. También se acercaron hasta la exposición el presidente de la Ópera de Oviedo, Juan Carlos Rodríguez-Ovejero; el filósofo y escritor, Lluis Xabel Álvarez, y el arquitecto Jorge Hevia. Esos entre otros muchos.

Tiempos convulsos

A todos ellos, Reyes Díaz se dirigió ayer para manifestarles un deseo: "Me gustaría que mis cuadros pudieran provocar y estimular la imaginación de las personas que los miren". Más tarde, les haría de guía durante un breve recorrido por la exposición.

El acto había empezado con la intervención de Pablo Junceda, que, a la vista de los cuadros de Reyes Díaz, dijo tener "la sensación de que el verano ya entró en la sala del Sabadell-Herrero". Se refirió a la exposición, que permanecerá abierta al público durante todo el verano, hasta el 15 de septiembre, como a "una maravilla de luz y color". "Hace falta mucho color y mucha luz en tiempos tan convulsos como estos", reflexionó.

Junceda no dejó pasar la ocasión de manifestar su agradecimiento, como luego harían la artista y la comisaria de la exposición, a los coleccionistas privados que han cedido sus obras y que, de ese modo, han facilitado la materialización de este proyecto expositivo. En esa misma idea incidió la Consejera de Cultura, al comentar que "muchas obras forman parte de la experiencia vital de esos propietarios y esta muestra hace posible que todos podamos disfrutarlas añadiendo una lectura nueva".

La inaugurada ayer es la 73.ª exposición que la sala del Sabadell-Herrero organiza en colaboración con la Consejería de Cultura. Vanessa Gutiérrez, su actual titular, reparó, al hablar de Reyes Díaz, en el "título sinestésico" elegido, "El tiempo azul", en lo sugerente y onírico de su obra y en la calma que hay en ella. Habló también de la importancia de las "voces imprescindibles: la de Reyes lo es y lo que corresponde es escucharla".

Pureza en la mirada

La historiadora del Arte y comisaria de la exposición, Sara Moro, invitó a los ayer presentes y a los que más adelante se acerquen a la sala a emprender "un recorrido que evidencia las maravillosas constantes que se esconden en los pliegues y repliegues de la obra de Reyes Díaz". Sara Moro, que ha trabajado codo con codo con la artista durante el último año y medio para sacar adelante esta retrospectiva, explicó que en la obra de Reyes Díaz "la figuración se convierte casi en abstracción, con esa geometrización a la que lleva la pureza de su mirada".

La comisara de "El tiempo azul" acabó haciendo una recomendación: "Que se venga muchas veces a ver", porque, dijo, "las obras cada vez que se miran dicen algo nuevo". "Es", en conclusión, "una exposición muy gozosa se viene a disfrutar de la pintura y a dejarse llevar".

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