Oviedo, a pie de calle (Teatinos VI)
Paulino Vicente pinta bien en Teatinos
La asociación vecinal cumple 50 años con una intensa acción reivindicativa

Vista de las vidrieras y el mural pintado por Paulino Vicente en la capilla del Psiquiátrico de La Cadellada. | LNE
Corrían los primeros aires de la democracia, un tiempo ilusionante para las primeras asociaciones de vecinos porque en los barrios casi todo estaba por hacer y sus reivindicaciones encontraban nuevos cauces de expresión. Teatinos se apuntó pronto a la tendencia, la asociación vecinal se creó en 1975 y cuando en los años ochenta del siglo XX empezó a moverse para reclamar mejoras, la Delegación del Gobierno en Asturias le exigió un patronímico, con el argumento de que cualquier otro colectivo de la zona podía reclamar el nombre del barrio para su denominación oficial. Antonio Simón, directivo por entonces de la asociación de Campo de los Reyes y Teatinos, que con el correr de los años llegaría a ser concejal, propuso añadir a la denominación el nombre del pintor ovetense Paulino Vicente.
"Simón era un gran conocedor de su obra, hizo la propuesta a la directiva y luego se lo planteamos al propio Paulino Vicente, que se mostró encantado y dio permiso para dar su nombre a nuestra asociación de vecinos", relata con detalle Santiago Camporro, el presidente de un colectivo que cuenta con medio millar de socios. "A día de hoy, mantenemos una excelente relación con los hijos de Paulino Vicente", añade el representante vecinal. El artista falleció en 1990.

Paulino Vicente pinta bien en Teatinos
La asociación de vecinos "Paulino Vicente", una de las de mayor trayectoria e implantación en el movimiento vecinal de Oviedo, tiene entre sus propuestas para la zona "la de crear un centro lúdico-cultural en la antigua capilla del Psiquiátrico, una vez que ha sido desacralizada", comenta Camporro. Y de nuevo surge aquí la conexión entre el pintor y Teatinos ya que la joyas que guarda esta antigua capilla es un mural del pintor ovetense que representa la Última Cena de Jesucristo.
La pintura, contratada por la Diputación Provincial en 1961, data de dos años después, en 1963, cuando Paulino Vicente hizo al temple una obra realista, apoyándose en las tres grandes vidrieras de la capilla, con dos escenas: la superior representa un Dios Padre que bendice y en la inferior, la Última Cena, con figuras de los apóstoles en las que el pintor retrató a personajes conocidos de la época en el Psiquiátrico, tanto pacientes como trabajadores.
La Iglesia, con la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga al frente, ha propuesto el uso religioso de la antigua capilla, pero el edificio es propiedad de Gispasa y el Principado financió la rehabilitación exterior para poner freno a un deterioro que suponía una seria amenaza para el mural de Paulino Vicente. "La asociación de vecinos reclamó insistentemente esa actuación, fundamentalmente para que no colapsara el tejado. Se mejoró la techumbre y se afianzó la torre, que tenía grietas", describe Camporro. "Como la iglesia llevaba años desacralizada, proponemos que puede ser un buen espacio para albergar un pequeño concierto, una exposición de pintura o una presentación de un libro, ante la ausencia en el barrio de una sala para este tipo de actos", argumenta el presidente de la asociación de vecinos.
En la actualidad, el Consejo de Patrimonio está pendiente de declarar las vidrieras y la pintura de la Última Cena como Bien de Interés Cultural (BIC), una solicitud registrada por la asociación de vecinos hace más de cuatro años. "Esa declaración sería el pistoletazo de salida para retocar el mural porque tiene algunas pequeñas deficiencias, como desconchones, por la humedad que recibió mientras no se hizo la rehabilitación. Es una de nuestras reivindicaciones ante la consejería de Cultura del Principado", detalla Santiago Camporro.
Otras reivindicaciones
La lista de reivindicaciones de la asociación vecinal "Paulino Vicente" es amplia, con una diversidad de reclamaciones que alcanza a la administración autonómica y al ayuntamiento de Oviedo. "Ahora mismo tenemos un problema grave que es la pretensión de construir cinco parques de baterías en Pontón de Vaqueros, en terrenos de una antigua cerámica. Llevamos varios meses luchando y hemos presentado alegaciones", apunta Camporro.
El colectivo, además, ha presentado un paquete de peticiones en el Consejo de Distrito y a los presupuestos locales, en el que destacan un parque infantil en la zona de Pontón de Vaqueros, que está previsto construir en 2025; la creación de una glorieta en esa zona del barrio; l.a mejora del mobiliario, así como la instalación de un sistema de calefacción y aire acondicionado "menos ruidoso en el centro de estudios de Santullano, que es uno de los más usados de Oviedo". Otra de las reivindicaciones, registrada todavía la pasada semana, es la renovación del asfalto en un tramo de la calle Bermúdez de Castro, una de las más largas de la ciudad, con unos 1.400 de longitud.
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