Leticia Sánchez, escritora ovetense: "El verdadero misterio está cerca, bajo nuestra cama"

Nacida en 1980, autora de seis novelas y un ensayo, acaba de publicar una obra de "misterio literario" que tiene Oviedo como escenario

Leticia Sánchez Ruiz con su última novela.

Leticia Sánchez Ruiz con su última novela. / Jer Ospina

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Oviedo

Leticia Sánchez Ruiz (Oviedo, 1980), escritora, periodista y librera es ya una de las es critoras asturianas más consolidadas y también uno de los últimos fichajes de la editorial Grijalbo, del grupo Penguin Random House. Con ese sello publica ahora "El club de la niebla", su sexta novela. Se presenta este sábado (12.30 horas) en la librería Matadero Uno.

¿Qué ha cambiado en "El club de la niebla" con respecto a los libros anteriores?

Si tuviera que definir mi estilo, supongo que sería una mezcla de metaliteratura y costumbrismo. Parecen cosas opuestas, pero enfrentándolas es con lo que creo mis laberintos, mis misterios. Esos enigmas son como un cubo de Rubik en el que hay que encajar todas las piezas y, por el medio, voy reflexionando sobre el amor, el pasado, los secretos familiares, Kafka y cómo hacer bien una tortilla.

Hubo un tiempo en el que escribir desde Asturias, podía considerarse un lastre, por periférico, por provinciano. ¿Los creadores asturianos han ganado hoy "centralidad"?

Cuando empezamos a escribir, la mayoría nos hacemos los exóticos porque es allí, a lo lejos, donde está aquello que queremos descubrir, el gran misterio, no en nuestra provincia ni bajo la cama donde guardamos las zapatillas. Qué antiliterario nos parece todo, por Dios. Pero, a medida que pasa el tiempo, cada vez somos más conscientes de que el verdadero misterio está en lo que nos rodea; eso es lo que queremos descifrar, a nosotros mismos. En España, como lectores, pasó algo semejante. Hemos comprendido que los monstruos más aterradores, y fascinantes, se esconden bajo nuestra cama. Ahora leemos con el mismo entusiasmo literario una novela que se desarrolle en Nueva York, Oxford o Madrid, como otra que transcurra en Asturias, Vigo o La Rioja.

Oviedo, "la bien novelada" es el escenario de su nueva obra. ¿Aporta algo o podría ser otra ciudad?

Es puro Oviedo. Ahí está el secreto de "El regreso de Williams B. Arrensberg", y la leyenda de las mastrioskas sobre el nombre de las moscovitas de Rialto, y la tumba de Clarín, y la borrosa calle Uría en un día de lluvia, y la gente escuchando las conversaciones de la mesa de al lado, y la famoso obsesión por el qué dirán y guardar las apariencias. Pero también hay un Oviedo ficticio; aquel en el que desapareció veinte años atrás Gabriel Vargas Montseny, envolviendo a la ciudad en un halo de misterio, organizando rutas sobre la desaparición de este escritor chileno y poniéndole en el Fontán una estatua.

¿Quiénes son Alana Calume, su tío Canor y esos tertulianos del club de la niebla, y qué pasa? Sin desvelar el intríngulis de la novela.

Canor Calume suele llevar a su tertulia literaria de los viernes a su sobrina Alana, que no es más que una niña. Todo cambia para ellos cuando Gabriel Vargas Montseny, un famoso escritor chileno que viene a Oviedo a unos encuentros literarios, desaparece sin dejar rastro tras pasar la noche con miembros de la tertulia. Ningún participante vuelve a ser el mismo y todos se niegan a hablar sobre lo que sucedió. Alana se pasa la vida tratando de recordar, de entender qué ocurrió y a qué viene tanto silencio. Hasta que 20 años después de la desaparición de Vargas Montseny, un miembro de la tertulia muere misteriosamente, y ella decide, al fin, comenzar a investigar.

Todo gira en torno a un club de lectura. Usted dirige uno en su librería. ¿Qué diferencia hay, por decir algo, con los integrantes de un club de tiro?

En realidad, es una tertulia literaria, un grupo de seis personas con intereses comunes que se reúne los viernes a charlar sobre libros. No tengo ni idea de qué ocurrirá en los clubes de tiro, pero en los literarios se acaba hablando mucho más de los propios participantes que de los libros; leer es ponernos una lupa sobre nosotros mismos.

También da clase es de escritura narrativa. ¿La gente escribe más en estos tiempos inciertos?

Escribir es otra forma de leer, una más activa. Mientras se siga escribiendo y leyendo, vamos bien. Cuando la gente empiece a escribir sin leer sí que serán tiempos inciertos.

Última pregunta, como librera: el libro es el único producto en papel que resiste frente a la digitalización del mundo. ¿Por qué?

Porque queremos tocar los libros, sentirnos en nuestras manos, olerlos, pasar las páginas, subrayarlos, verlos en nuestras estanterías, que nos protejan en nuestras casas y, sobre todo, conservarlos. Sabemos que el papel dura siglos, pero ¿cuánto dura lo digital? Tener una biblioteca privada nos crea la ilusión de ser eternos.

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