El arte contemporáneo asturiano pierde a Elías García Benavides, gran referente del informalismo y del diseño gráfico

El pintor leonés, afincado en Oviedo desde 1963, falleció esta mañana en el Lido de Venecia, ciudad en la que residía varios meses al año

Elías García Benavides, en una foto del catálogo de la exposición «Tránsito».

Elías García Benavides, en una foto del catálogo de la exposición «Tránsito».

Chus Neira

Chus Neira

En el Lido veneciano, a orillas del mar cuya luz y temblor tantas veces inmortalizó en sus lienzos, el pintor Elías G. Benavides encontró la muerte este miércoles por la mañana de forma inesperada, según ha podido confirmar este periódico. Su fallecimiento deja huérfano al arte contemporáneo asturiano de uno de sus grandes referentes, máximo exponente de la corriente informalista, y también al mundo del diseño, donde desarrolló una labor muy relevante en los años setenta y ochenta.

Nacido en León en 1937, Elías García Benavides vivió siempre con la pulsión de la pintura bullendo en su interior, desde los años infantiles en que guardaba a toda velocidad los bocetos en el momento en que la madre entraba en la habitación para recriminarle que en vez de estudiar estaba pintando. Esas mismas tensiones y contradicciones le llevaron a rechazar una beca que obtuvo con 15 años para estudiar en la Academia de San Fernando para diplomarse como técnico agrícola. Su trabajo en la diputación leonesa, en cambio, no prosperó. Con un trabajo en una agencia de publicidad por las tardes, no dudó en apuntarse a una oferta que había salido en Oviedo en la firma Brun. Fue en 1963 cuando llegó a la capital del Principado, recién casado con Ascensión Fuentes. La llegada a la región fue providencial, ya que en aquella agencia encontró a José Santamarina, con el que acabaría fundando, años más tarde, Elías & Santamarina, una firma que revolucionó el mundo del diseño gráfico en la región, aportando modernidad, nuevos lenguajes y una visión inédita hasta entonces.

Antes de dar todos esos pasos, Elías G. Benavides ya había participado en dos exposiciones colectivas en 1969, una en Belgrado ("Grabados sobre el Quijote") y otra en el Colegio de Arquitectos de Barcelona. En 1972 realiza su primera individual, en la galería Tassili.

Elías G. Benavides llegó al expresionismo abstracto europeo (informalismo) por el "cansancio", según ha confesado en alguna ocasión, que le producía el extremo ejercicio figurativo de su labor como diseñador gráfico. "Pinto aquello que honestamente creo que debo pintar", decía. Elogiado por el Cervantes Antonio Gamoneda por “la sabia disposición de sus cromatismos”, los lienzos de Elías Benavides se han caracterizado siempre por su gran poder de evocación, una abstracción muy poética, metáforas vitales que se plasman en un uso muy personal del pigmento aplicado al lienzo, con una voluntad de trabajo meticuloso sobre la materia, lleno de grietas, incisiones, huellas.

En la evolución de su pintura, ha señalado el crítico de arte Santiago Martínez, ha influido mucho su vínculo desde los años ochenta con la ciudad de Venecia, donde pasaba varios meses al año y donde también exponía con regularidad. “Sus obras, sin perder su intensidad y presencia física características”, ha escrito Martínez, “se han tornado más fluidas y han roto sus fronteras matéricas y cromáticas. Lo telúrico, también significativo en este autor, encuentra su equilibrio en lo atmosférico y en una especial presencia de reflejos y efectos especulares provocados por el agua”. A propósito de su series dedicadas a Venecia, el crítico Rubén Suárez también describió estos lienzos como “imágenes que nos conmueven, llevan en su materia el mensaje que presagia el nacimiento de un paisaje que está a punto de sernos revelado”.

Entre otros reconocimientos, Elías G. Benavides obtuvo el primer premio en el Certamen Nacional de Pintura de Luarca en 1975. En 2019 LA NUEVA ESPAÑA le concedió su "Asturiano del mes", coincidiendo con la extraordinaria exposición que le dedicó en ese momento el museo Evaristo Valle. En 1977 participó en las actividades del Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico (Icograda) en Inglaterra y en 1998 fue invitado a intervenir en la Bienal de Xilografía Contemporánea organizada por el Museo de Xilografía en Castello del Pío, Carpi (Italia). Por aquella época participó por primera vez en Segno Gráfico (Venecia) certamen del que se hizo habitual. De 1990 a 1992 fue artista visitante en la Scuola Internazionale di Grafica de Venecia y desde 1992 impartió allí todos los veranos un curso monográfico sobre ‘El arte en el libro’.

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