Oviedo tuvo imprenta en el siglo XV, alojada en la Catedral

El director del RIDEA, Ramón Rodríguez, clausura las conferencias sobre la edición y las colecciones bibliográficas en la ciudad

Andrés Martínez Vega, a la izquierda, y Ramón Rodríguez, en el RIDEA. | IRMA COLLÍN

Andrés Martínez Vega, a la izquierda, y Ramón Rodríguez, en el RIDEA. | IRMA COLLÍN

Elena Fernández-Pello

Elena Fernández-Pello

Oviedo

El director del RIDEA, el Real Instituto de Estudios Asturianos, Ramón Rodríguez, presentado y acompañado por el subdirector de la institución, Andrés Martínez Vega, clausuró ayer el ciclo de conferencias dedicadas a la cultura bibliográfica en Oviedo. En su exposición, Ramón Rodríguez se centró en el periodo que comprende los siglos XVI, XVII y XVIII y desmintió algunas creencias, como la de que la ciudad no contó con imprenta incunable propia. No es así, la tuvo, en el siglo XV y alojada en la Catedral de San Salvador, aseguró.

"La mayoría de los expertos creen que no", reconoció Rodríguez. Sin embargo, tras valorar diversos datos, él ha llegado a la conclusión de que "aunque modesta y con toda seguridad de efímera duración, hubo una imprenta en la Catedral de Oviedo en la última decena del siglo XV, regentada por el platero ovetense Pedro Rodríguez".

El primer impresor que los eruditos localizan en Oviedo es Agustín de Paz, que ejerció el oficio de manera ambulante y que a mediados del XVI empezó a imprimir libros por encargo para la Catedral de Oviedo. La primera obra en salir de su taller, en la capital de Asturias, fue, según Rodríguez, las "Constituciones sinodales". Pero el arte de imprimir libros no se asentó definitivamente en Oviedo hasta 1680.

El conferenciante habló de librerías y bibliotecas, como la de la Catedral o la de la Sociedad Económica de Amigos del País, y de colecciones monásticas y privadas, como las de Feijoo, Agustín Hevia y Díaz Miranda. Por supuesto, de los orígenes de la Biblioteca de la Universidad de Oviedo, que el dirigió durante muchos años, hasta su jubilación. "La creación de una nueva biblioteca de la Universidad, dado el estado agónico de la librería original, fue uno de los proyectos más importantes de la Ilustración en Asturias", manifestó. Lorenzo de Solís está considerado su fundador y fue pensada inicialmente para los jesuitas, que, al no poder asumirla, la transfirieron a la Universidad.

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