Un concierto de Primera para despedir la temporada de Oviedo Filarmonía

La orquesta festeja, en el Campo San Francisco, el Día Europeo de la Música ante decenas de personas

La orquesta Oviedo Filarmonía, en el paseo del Bombé, con una camiseta del Oviedo colgada ante el escenario.  | MARIO CANTELI

La orquesta Oviedo Filarmonía, en el paseo del Bombé, con una camiseta del Oviedo colgada ante el escenario. | MARIO CANTELI

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

Oviedo

La Orquesta Oviedo Filarmonía y la Fundación Municipal de Cultura unieron sus fuerzas el pasado sábado para celebrar el Día Europeo de la Música de la mejor manera posible, mediante un concierto en el Campo San Francisco, alejado de las "frías" y encorsetadas salas de teatros y auditorios para lanzar un mensaje claro y contundente sobre la capacidad de unión y los valores festivos y amistosos que lleva implícitos la disciplina musical.

Lucas Macías, director titular de Oviedo Filarmonía, expuso brevemente el programa y –tras un "¡Hala Oviedo!", coreado al unísono por el público– dio rienda suelta a la OFIL en el estreno de "Espolón", obra de Gabriel Ordás basada en el homónimo paseo del Campo que aparece recogido en "La Regenta", novela de la que se conmemora el 140 aniversario de su publicación. Se trata de una pieza evocadora que transita entre la nostalgia y la inquietud, culminando pasajes de cierto efectismo a través de un desprejuiciado empleo de la disonancia o de un manejo audaz de la percusión, como por ejemplo, en las campanadas finales que ubican la acción en Vetusta.

Público asistente al concierto.

Público asistente al concierto. / Mario Canteli

Las "suites números 1 y 2" de "Carmen" gozaron de una ejecución notable. No resulta sencillo equilibrar la sonoridad y el volumen en un recital amplificado, pero los músicos de la OFIL supieron ajustarse a las circunstancias y, con unas maderas superlativas, desplegaron todo el arsenal de temas de la inmortal ópera de Bizet que el melómano público ovetense reconoció al instante.

En la "Pavana para una infanta difunta" (Ravel) y la "suite número 2" de "El sombrero de tres picos" (Falla), se evidenció el buen momento de la orquesta, muy maleable a los tempi e indicaciones de Macías desde el pódium, con unos temas perfilados adecuadamente y unas dinámicas bien trazadas que dieron como resultado una interpretación repleta de vitalidad y atractivo.

El concierto finalizó, a las ocho y cuarto, con el "Intermedio" de "La boda de Luis Alonso", a modo de propina. Después, la orquesta sorprendería con el himno del Real Oviedo que los numerosos asistentes cantaron y acompañaron con palmas. El resto ya es historia…

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