El templo de la noche pionero de un barrio de Oviedo: Bruja’s, un poco de Vértigo, pero sobre todo, mucho Estilo

Pumarín acogió la primera macrodiscoteca ovetense hace cincuenta años, que todavía funciona aunque en otra ubicación y cuyo histórico local ahora ocupa un supermercado

La histórica discoteca, repleta, en pleno apogeo.

La histórica discoteca, repleta, en pleno apogeo. / LNE

Pumarín

Si una gran cadena de supermercados rinde tributo en su nueva ubicación a la anterior marca que estaba en ese mismo emplazamiento debe tratarse de un negocio que ha calado. Es el gesto que ha tenido Alimerka en el barrio de Pumarín con la sala de fiestas Estilo en su establecimiento que da a dos calles, Joaquina Bobela y Piñole. Nada menos que cincuenta años de historia del ocio ovetense, primero con la Discoteca Bruja’s, que luego se llamó Vértigo por un breve espacio de tiempo antes de tomar la denominación definitiva, Sala Estilo, con la que ha llegado hasta la actualidad, con cambio de sede incluido, ahora en la calle Eugenio Tamayo. De esas cinco décadas en el barrio de Pumarín, 39 años llevan el sello de Estilo, de ahí el neón discotequero "Un Alimerka con mucho Estilo", que luce en su entrada principal.

Corría 1975 cuando Tomás Ceferino Trabadelo recibió el encargo de montar una discoteca rompedora, Bruja’s, en un gran local del barrio de Pumarín. El que con los años fundaría Trasacar dejó la instalación a punto, para que la juventud ovetense de mediados de los setenta entrase a bailar y a tomar copas en la incipiente noche ovetense. Eran los tiempos de los pantalones de pata de elefante, anteriores incluso a "Grease" y "Fiebre del Sábado Noche", películas que marcaron a toda una generación. Época de contrastes. Uno de los conciertos que albergó la primera macrodiscoteca de Oviedo fue el del hispanocubano Antonio Machín, donde disfrutó de lo lindo parte de la plantilla de una Galerías Preciados que acababa de abrir sus grandes almacenes de la calle Uría.

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A la puerta de Estilo para un concierto de "El Último de la Fila", en 1988. / LNE

Camilo Sesto

El fenómeno fan vivió su particular explosión en la discoteca de Pumarín con el concierto de Camilo Sesto, cuando "la entrada incluía la primera consumición", relata Aurora Crespo, una de las jóvenes que bailó y tarareo las canciones del ídolo. Y Bruja’s acogió también el particular bautismo de fuego de "Los Secretos", el grupo que nació con la Movida madrileña en 1978. "Nuestro primer concierto en serio, sin contar los primeros pinitos en colegios mayores y facultades, fue en Oviedo, en una sala que se llamaba Bruja’s", recordaba Álvaro Urquijo en una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA en abril de 2013, con motivo de una actuación, cosas del azar, en Estilo. "Es la misma en la que actúan esta vez, está en el mismo sitio y ahora se llama Espacio Estilo", le informó el periodista Javier Blanco. "Es un dato emocionante. O sea, treinta y tres años después volvemos al mismo lugar", concedió Álvaro Urquijo.

Noches de lentejuelas, bolas de cristal con reflejo multicolor, bailes travoltianos y Minis y Austin Victoria que aparcaban en unos alrededores de Joaquina Bobela con mucha juventud y el cuartel de la Guardia Civil bien próximo. La discoteca era escenario de las fiestas de "Paso del ecuador" de los estudiantes de 4º de Medicina en una facultad de Oviedo que formaba entonces a sus primeras promociones. Pero aquella etapa tocó a su fin, con algunos problemas y quejas del vecindario de por medio, hacia 1985. Reabrió, por un breve tiempo, con nuevo nombre, Sala Vértigo, para ser escenario de conciertos de la Movida, con Alaska, "La Mode" y "Radio Futura". Esta segunda aventura duró muy poco, apenas un año.

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El grupo "Camela", tras el último concierto en la sala original de Estilo. / LNE

Un cartel de "Se traspasa" en la calle Joaquina Bobela llamó la atención de Álfonso Álvarez y el paso siguiente ya consistió en ponerse manos a la obra con dos socios más, Emilio Rivero y Secundino Blanco, para que en las fiestas de San Mateo de 1986 echase a andar Estilo, con un giro, en el que la empresa apostó por nuevas formas, una mejor relación con el vecindario y la combinación de los conciertos con las sesiones habituales. "Estamos súper agradecidos a una clientela fiel que nos aprecia y a la que apreciamos. Hay veces que hemos rechazado conciertos porque no podríamos respetar el horario de apertura habitual y también hemos dicho no a propuestas que entendimos que podían perjudicar a los vecinos o a los negocios de alrededor", revela, Javier Rivero, hijo de uno de los fundadores y, por lo tanto, segunda generación de Estilo. Cogió el mando hace tres años, tras pasar por todos los escalones de la sala y después de trabajar durante siete años en una empresa y sector que nada tenían que ver con el ocio nocturno y la hostelería: "En su día no fue fácil dejar la noche para irme al día por el vínculo familiar que me unía a la sala y ahora fue al revés, había gente que me decía ‘estás loco’, pero pudo el vínculo con la familia y con la marca. Eso pesó mucho", asegura.

Javier Rivero agradece el gesto de Alimerka, reflejo de la huella que la sala ha dejado y mantiene, ahora en su nueva ubicación, también en Pumarín. "Nos pidieron permiso, también para utilizar el panel que teníamos en una parte de los antiguos camerinos, con las firmas de grupos y artistas que pasaron por Estilo. Está hecho con muchísimo respeto y fue súper emotivo encontrarnos con tantos clientes de la sala el día que nos lo enseñaron, parecía una sesión", valora Javier Rivero.

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Concierto del grupo "Shinova", ya en la nueva sala de Estilo. / LNE

Ese panel de firmas que conserva el supermercado supone un repaso de lo más diverso del panorama musical español. Allí está el rastro que dejaron en los camerinos de la sala grandes tan diversos de la música española como Manolo Escobar, "Los Pecos", José Luis Perales, "Medina Azahara", "Los Chichos", Loquillo, Juan Pardo, "Hombres G", "Danza Invisible", "La Oreja de Van Gogh", "Crystal Fighters", Antonio Orozco, "Ella Baila Sola", "Los Secretos" (otra vez), "Héroes del Silencio", "Love Of Lesbian", "Maldita Nerea", Leiva, "Arde Bogotá", "Taburete", "León Benavente", "Revólver", "Sepultura" y así una larga lista, de la que forma parte un grupo que ha actuado muchas veces, cuando el aforo de la sala era el doble que el actual, "Camela". De hecho, precisa Javier Rivero, "Camela" fue protagonista "del último concierto que hubo en la otra sala", que destaca el tirón de este popular grupo siempre que actuó en Estilo: "Todo el mundo sabe que donde va Camela va a haber un fiestón que te mueres". Y no solo hubo música. Hasta Chiquito de la Calzada dejó su sello en la sala de Pumarín.

1. Cola a la puerta de Estilo para un concierto de «El Último de la Fila», en 1988.  2. El grupo «Camela», tras el último concierto en la sala original de Estilo.  3. Concierto del grupo «Shinova», ya en la nueva sala de Estilo.  4. La histórica discoteca, repleta, en pleno apogeo. 5. Neón que hace referencia a la antigua existencia de Estilo en el local que ahora ocupa un supermercado en la calle Joaquina Bobela.

Neón que hace referencia a la antigua existencia de Estilo en el local que ahora ocupa un supermercado en la calle Joaquina Bobela. / LNE

"Conciertos más íntimos"

Con el traslado, de la sala de Joaquina Bobela a Eugenio Tamayo, donde antes estaba Sir Lauren’s, el aforo ha menguado, de mil a quinientas personas, pero las actuaciones en vivo continúan. "Esta capacidad permite conciertos más íntimos, donde hay mucha proximidad entre los artistas y los espectadores", comenta Javier Rivero.

¿Conciertos a la vuelta de la esquina? "Tendremos a ‘León Benavente’, un tributo muy potente a ‘Extremoduro’, ‘Grande Amore’ y Alba Reche y también va a venir ‘Pignoise’", anuncia el responsable de una sala que hace gala del método y las formas que han caracterizado su funcionamiento. "Siempre hemos tenido un manual de estilo, nunca mejor dicho, de cómo se trata a la gente, algo que hacemos con nuestros clientes, con nuestro personal y con nuestros vecinos. Evidentemente podemos cometer fallos, pero progresamos y evolucionamos y cuando hay detrás el peso de una historia tan grande lo que no quieres, ni por asomo, es traicionarla", concluye Javier Rivero. n

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