Ramón Langa, la voz de Bruce Willis y Kevin Costner en España que reencarna en Oviedo a Alfonso II "El Casto": "Tengo vozarrón de hombre duro, pero, en realidad, soy muy blandito"

"Del Rey Casto destacaría su valor y humildad, era un hombre honesto", dice el doblador de Bruce Willis, que protagonizará el espectáculo "El Primer Peregrino"

Ramón Langa, interpretando al Rey Alfonso II en Oviedo.  | D. C.

Ramón Langa, interpretando al Rey Alfonso II en Oviedo. | D. C.

Félix Vallina

Félix Vallina

Oviedo

El actor Ramón Langa (Madrid, 1959) está a punto de coger el AVE en la capital de España para desplazarse hasta Oviedo. A partir de hoy comenzará los ensayos para representar a Alfonso II en "El Primer Peregrino", la recreación histórica que se celebrará en Oviedo desde el próximo jueves hasta el domingo. Con una extensa trayectoria en cine, teatro y televisión, Langa también es conocido por doblar las voces de actores como Bruce Willis.

-Vuelve usted a Oviedo para convertirse en Rey por un fin de semana.

-Y ya es el quinto año. La verdad es que se está convirtiendo en algo vital para mí. Cuando lo pruebas una vez y te gusta tanto te engancha.

-El reinado ya es largo.

-Sí lo es. No sé si reinaré en Oviedo tanto como lo hizo Alfonso II, pero si puedo lo seguiré ampliando. Lo que más me gusta de esto, además del gran montaje y del talento del resto de actores, es la acogida del público. Cada año se llena un poco más. Ves a la gente disfrutando y solamente eso para mí es como gasolina que me da energía y felicidad.

-¿Cómo se prepara un actor para hacer el papel de Alfonso II?

-Lo primero es estudiar bien el texto y lo segundo documentarse mucho sobre la figura del personaje y trasladarte a la época. Pero lo más importante es que tengo una directora como Marga Llano que me lleva estupendamente.

-¿Qué es lo que más le gusta del personaje?

-Pues sobre todo su valor y su humildad. Era un hombre tremendamente honesto y era fiel a sus creencias.

-Valor, humildad y honestidad... ¿Cree usted que esos valores existen en la política actual?

-En la política actual no se puede aplicar ninguno de esos valores. Vamos, ni por asomo.

-¿Si tuviese que comparar la situación con un género del teatro sería una tragedia?

-Sería un esperpento. No puedo comparar la política actual con ningún género del teatro porque el teatro es noble y elevado y lo que está ocurriendo ahora no tiene nada de eso. Es un estercolero, directamente. Y no hablo desde el punto de vista ideológico, lo ve todo el mundo.

-Su currículum es muy extenso, pero reconózcalo, ¿cuántas veces ha tenido que escuchar que es usted la voz de Bruce Willis?

-Infinitas. Hace tiempo que no lo hago, pero me lo siguen diciendo: "Hombre Bruce, dime una frase de Bruce...". A mí me hace mucha ilusión, la verdad. Yo trabajo para el público y me gusta que el público disfrute siempre que puedo. Si hay que hacer de Bruce Willis se hace.

-Es que tiene usted vozarrón de hombre duro.

-Tengo vozarrón de hombre duro, pero soy muy blandito, soy muy normal.

-¿De todo lo que ha hecho a lo largo de su carrera con qué se quedaría: cine, televisión, teatro o doblaje?

-Ahora doblaje hago muy de vez en cuando. El cine y el teatro es que son tan bonitos que me apasionan los dos. No obstante, para mí el teatro es lo más sublime de todo. Quieras que no, es en tiempo real, estás experimentando las sensaciones del público, sabes si estás transmitiendo, si no lo estás haciendo... Yo lo comparo con la música, a mí me encanta poner música en mi casa pero no hay nada como ver a los músicos hacerla en directo.

-Ha hecho usted infinidad de papeles, ¿pero cuáles le han marcado?

-Hay muchos, pero así, a bote pronto, me sale cuando hice "Blasco Ibáñez, la novela de su vida" , dirigida por Luis García Berlanga. Me marcó muchísimo, aprendí mucho con Berlanga, sólo hay que imaginárselo. Fueron casi cinco meses rodando doce horas diarias y en ese tiempo se puede aprender mucho de un maestro como Berlanga. También me marcó una obra de teatro que se llama "Pregúntame por qué bebo", que era la historia de un hombre en un bar, sólo con el camarero, que entra sobrio, fresco y poderoso, se va emborrachando, y al final es una piltrafa.

-¿Qué opina de la Inteligencia Artificial y cómo cree que puede influir en el mundo del doblaje o la interpretación?

-No quiero saber nada de la Inteligencia Artificial. Ya sé que puede ser un invento maravilloso para muchas cosas, pero a mí me parece un arma de doble filo muy peligrosa. No quiero que un poema me lo escriba una Inteligencia Artificial, quiero que me lo escriba un poeta, que lo piense, que lo sufra y que lo desarrolle. Y si me enamoro de una mujer y le tengo que decir unas cuantas cosas quiero que se me ocurran a mí, no quiero que me las dicte una máquina.

-¿Algún proyecto en ciernes?

-Sí. Acabo de terminar una gira de teatro, que terminamos en Avilés, con la obra "Seis personajes en busca de autor", de Luigi Pirandello. Además tengo varias cosas pendientes, dos rodajes muy importantes, pero últimamente te obligan a firmar un contrato de confidencialidad y no lo puedo decir. Pero los dos proyectos son cinematográficos.

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