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Un nuevo mundo sinfónico

La Orquesta de la Fundación Filarmónica de Oviedo, recientemente creada, abre con gran éxito la temporada de la histórica entidad musical

Pedro Ordieres dirige a la orquesta de la Fundación Filarmónica de Oviedo durante el concierto de ayer miércoles.  | FERNANDO RODRÍGUEZ

Pedro Ordieres dirige a la orquesta de la Fundación Filarmónica de Oviedo durante el concierto de ayer miércoles. | FERNANDO RODRÍGUEZ

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

Oviedo

La Sociedad Filarmónica de Oviedo inauguró anoche una nueva temporada –la número 119 de su dilatada historia– mediante un concierto muy especial cuyo principal aliciente era la puesta de largo de la Orquesta de la Fundación Filarmónica, un proyecto capitaneado por Pedro Ordieres tras su salida, el pasado mes de junio, de la orquesta de la Universidad de Oviedo.

Para esta primera piedra de toque de la formación sinfónica se había diseñado un programa interesante, estructurado en dos partes, que comenzaba ya mediante una obra de entidad: el "Concierto para violonchelo en la menor" de Robert Schumann.

Maximilian von Pfeil, principal de chelo de la OSPA, ejerció como solista en una interpretación que iría in crescendo y donde los músicos arroparon acertadamente al protagonista de la primera parte.

La segunda mitad del recital, subvencionado por la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo y patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA, encerraba tres piezas que hicieron las delicias de un público más numeroso de lo habitual.

La "obertura" de "Alfonso und Estrella" (Franz Schubert) dejó una cuerda homogénea y compacta, emergiendo las maderas en el melódico y lírico segundo movimiento de "Florida suite" ("By the River") del compositor Frederick Delius.

Cerraba el programa el "Adagio-Allegro molto" inicial de la "Sinfonía número 9 en mi menor" de Dvorák, conocida como "Sinfonía del Nuevo Mundo", muy apropiada para el inicio de esta andadura musical. El poderío orquestal de la agrupación gustó especialmente al público que, tras la interpretación del "Danzón" de A. Márquez, a modo de propina, despidió a la orquesta con reiterados aplausos.

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