"Más interés" que nunca para el Desarme de Oviedo: Los restaurantes tuvieron que ampliar horarios ante el aluvión de comensales
La distinción nacional de la fiesta gastronómica dispara la demanda de los garbanzos con bacalao y espinacas, los callos y el arroz con leche

Los comensales que abarrotaron los bares de Oviedo por el Desarme. / Fernando Rodríguez
Restaurantes llenos, algunos con todo reservado desde dos semanas antes, y establecimientos en los que se han tenido que fijar turnos extras, con comidas servidas incluso a partir de las 16.30 de la tarde, para acoger a más comensales ante la alta demanda. Así afrontaron los locales hosteleros ovetenses el día grande de las jornadas gastronómicas del Desarme, que en esta ocasión ha traído, de la mano de su declaración como Fiesta de Interés Turístico Nacional, un aumento de clientes.
Este reconocimiento «ha generado más atracción», afirma Juan Cuesta, propietario de El llar de la Catedral. Garbanzos con bacalao y espinacas, callos al estilo Oviedo y arroz con leche son los ingredientes del menú que ofrecen 71 restaurantes desde el pasado 16 de octubre y hasta el 26.
«Tenemos más clientes que otros años y muchas reservas con antelación», indica Alberto Álvarez, gerente de «La Pumarada», mientras trajina por la sidrería. Hace dos semanas ya habían llenado el comedor para las comidas de ayer. «Se ha notado la proyección a nivel nacional y el interés de personas de fuera de Asturias, que se ha unido a una clientela fiel», señala.
«Quedamos todos los años para comer el Desarme», destaca Mónica Suárez, junto a sus ocho compañeros de mesa y mantel, todos ellos ovetenses, en la sidrería de la calle Gascona. A punto de terminar el segundo plato para empezar a degustar el postre indican que les gustan «los tres platos», señala José Manuel Feito. «Son contundentes», comenta.
Desde Cantabria, once comensales se reúnen, en el Llar de la Catedral, para descubrir qué es el menú del Desarme. Pasan el fin de semana en Oviedo y no han querido dejar pasar la oportunidad de probar los garbanzos con espinacas y bacalao, los callos y el arroz con leche.
«Nos hablaron de la fiesta del Desarme y del menú y aquí estamos», señala Amparo González. «La comida muy bien, estupenda», indican los integrantes del grupo, que provienen de varias localidades del oriente de Cantabria. Prometen «volver» para otras jornadas del Desarme. Apuran el postre y se animan con unas canciones antes de abandonar el restaurante.
Muy cerca se sientan a la mesa Rosa Vázquez, Mónica Longo y Juan José Suárez, integrantes de la cofradía del Desarme. «Se nota mucho que el efecto de la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional. Y ahora vamos a por el reconocimiento internacional», dice Rosa Vázquez, única mujer fundadora de la cofradía. La empresaria, propietaria de varios negocios y cocinera del restaurante El Acebo, afirma, unos días antes de jubilarse, que «la labor de divulgación de la fiesta del Desarme es muy importante».
«Este año fuimos a hablar de ella a colegios y centros de mayores», añade Mónica Longo sobre el conocido como «menú de la paz», un símbolo de confraternización que conmemora el cese de las hostilidades tras las guerras carlistas, reuniendo a la comunidad en torno a la mesa. «Es una de las grandes fiestas de Oviedo, que celebramos siempre», indica Ángel Martínez, que junto a su familia ha elegido Casa Amparo para degustar el menú del Desarme.
El propietario del restaurante, que es presidente de Hostelería de España y de Otea, José Luis Álvarez Almeida, resaltó que llevan cuatro jornadas con lleno en el local para comer estos platos especiales. «El Desarme tiene mucha tradición», asegura, antes de destacar que muchos turistas han preguntado por las jornadas gastronómicas y entre los clientes se encuentran aficionados al fútbol que se desplazaron a Oviedo para el partido del pasado viernes.
Tampoco quedaban mesas a la hora de la comida en la sidrería La Manzana de Gascona. «Se ha notado el reconocimiento de Fiesta de Interés Turístico Nacional en la afluencia, que aumentó este año», traslada Alfonso Menéndez, dueño del local hostelero.
«Buena materia prima y cariño» son dos ingredientes fundamentales para elaborar el menú de Desarme, remarca el cocinero Juan Cuesta. Y los callos tienen que ser «pequeños y picantinos». Son el segundo plato, tras los garbanzos con bacalao y espinacas, de las jornadas gastronómicas que organiza la Cofradía del Desarme y Otea, con el apoyo del Ayuntamiento.
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