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Fina Clemente, la histórica comerciante del Oviedo Antiguo fallece a los 96 años: "Era una mujer buena, cercana y cariñosa; siempre decía que es importante querer y que te quieran"

Regentó durante ochenta años, junto a su hermana Elvia, la tienda de ultramarinos de la calle Mon: "Era un ejemplo de compromiso con el comercio local", subraya el Alcalde

Fina Clemente.

Fina Clemente. / NACHO OREJAS

Era una mujer luchadora, un ejemplo de compromiso y muy generosa. Fina Clemente se dejaba querer. La histórica comerciante, dueña de la tienda de ultramarinos de la calle Mon, falleció la pasada noche a los 96 años tiñendo de luto el Oviedo Antiguo. Nacida en Grado, se trasladó a vivir a la capital asturiana con 14 años -corría por aquel entonces el año 1943- para ayudar a Sabiniano Clemente en el establecimiento que había fundado en 1904. Sus abuelos estaban encantados con tenerla en la tienda. La inscribieron en el colegio Liceo, en la misma vía del casco histórico que la tienda, y ayudaba con los pedidos cuando tenía ratos libres. "Regentó durante ochenta años, junto a su hermana Elvia, un negocio en el que se atendió a gente de todos los estratos sociales manteniendo una presencia importante en el barrio. El término inclusivo ya lo tenía ella incorporado en su negocio antes de que existiera".

Así lo recordó su hija María García Clemente, quien este sábado se mostró sumamente emocionada. La capilla ardiente quedó instalada en la sala número siete del tanatorio de Los Arenales y este domingo, a las 18.45 horas, será incinerada. El lunes, a la una de la tarde, se celebrará el funeral en la iglesia de San Tirso el Real. "Si tuviera que decir unas palabras de mi madre, serían que fue una mujer buena, cercana y cariñosa. Siempre decía que es importante querer y que te quieran. No quiso nunca ver su negocio cerrado y lo hemos mantenido abierto por este motivo hasta el día de su fallecimiento". Este sábado, la persiana estaba bajada. Tanto en la puerta como en la ventana se pegaron sendas esquelas para informar a los clientes de la triste noticia.

"Una mujer luchadora"

El Alcalde, Alfredo Canteli, lamentó profundamente su fallecimiento. "Era una mujer luchadora y un ejemplo de compromiso con el comercio local. Perdemos un auténtico emblema de Oviedo, una persona con la que tenía una magnífica relación y que siempre tenía un detalle conmigo cuando la iba a visitar a su tienda de ultramarinos". También el portavoz socialista, Carlos Fernández Llaneza, la calificó como una "mujer que vivía su dedicación más allá de lo profesional". "Los clientes eran amigos y familia. Era muy consciente de la herencia recibida, fue una verdadera institución en el comercio de proximidad".

La propia Fina comentaba que estar en el local de las cosas que más le gustaba en el mundo. Hasta hace no mucho tiempo, bajaba a primera hora de la mañana a atender a los clientes y allí estaba hasta el mediodía. También se encargaba de preparar las facturas y hacer el inventario de todos los productos que tenía. Le gustaba hacer las cuentas a mano. Después, las comprobaba con la caja registradora. Además, recordó el exsíndico Antonio Arias, que si la compra ascendía a 7,58 euros, "decía vamos a dejarlo en 7,50 porque la avaricia es muy mala”. Muchas han sido las generaciones de ovetenses que han pasado por este histórico comercio y en sus recuerdos estaban sus bocadillos. Hay quien se decantaba por el de chorizo. El de mortadela era el favorito del pintor Toño Velasco. "Josefina -como él la llamaba- fue como una madre en el casco antiguo. Nos dio su calor y nos trató con mucho cariño. La ciudad le debe algo porque desde la pequeña tienda, ha hecho cosas muy grandes". Como homenaje, le pintó un cuadro.

El cuadro pintado por Toño Velasco.

El cuadro pintado por Toño Velasco. / Toño Velasco

Comentaba la propia Fina que en algunos casos, la relación que tenía con ellos era de amistad"Presumo de tener una especie de familia paralela entre la gente que viene a comprar, pero también a comentar las cosas que pasan en la ciudad o a sacar algún tema para charlar un rato", subrayó durante una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA. Además, el tipo de público que atendía había cambiado con los años. Cuando era joven, se acercaban hasta el corazón del Oviedo Antiguo mucha gente de los pueblos de alrededor para adquirir de productos durante toda la semana. Ahora, era más gente de la ciudad.

Su vida personal no fue fácil. Se quedó viuda muy joven de Antonio Mario García del Otero con quien tuvo tres hijas:  María Teresa -ya fallecida-, María Belén y Marta María. A pesar de la edad, durante toda la pandemia estuvo al frente del establecimiento y en los últimos tiempos seguía pendiente desde su casa de que la tienda permaneciese abierta. Su entrega le hizo merecedora de la medalla de plata al Mérito en el Trabajo que le concedió el Ministerio de Trabajo. También fue homenajeada en 2017 por la asociación Oviedo Redondo, liderada por Manuel Almeida. "Se nos va parte de la historia de Oviedo, pero la historia no se olvida de ella. Era siempre una gran persona, cercana, sencilla y amigable, guía para quienes pasaban por su tienda pidiendo apoyo, consejo, un rato de conversación… y entre compra y compra para todos y todas ella tenía tiempo, palabras de apoyo y también actos solidarios con quienes necesitaban su ayuda".

"Profunda tristeza"

También mostró su pesar Sandra Sutil, alcaldesa de barrio de El Antiguo y fundadora de la Asociación Comercio Oviedo Antiguo (ACOA). "El colectivo siente una profunda tristeza porque se nos va un alma del casco histórico. Luchadora de principio a fin, era un referente". Asimismo, el presidente de Comercio de Oviedo, Nacho del Río, destacó su "amor al trabajo, conocimiento del cliente, confianza, cercanía, atención personas y su alegría".

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