La jueza que investiga el crimen del "Viejo Leo" en La Corredoria llama a declarar a seis personas

La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Oviedo solicita informes psiquiátricos del principal sospechoso del homicidio, el hombre al que cuidaba el fallecido

El portal en el que residía el "Viejo Leo", en el recuadro, con su presunto asesino.

F. Vallina

La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Oviedo tomará declaración el próximo día 30 de enero a seis testigos relacionados con el crimen de Leóniodas Laborde, el ecuatoriano de 67 años que apareció muerto el pasado 20 de diciembre, con una cuchillada en el corazón, en el piso de La Corredoria en el que trabajaba como interno. El principal sospechoso del homicidio del «Viejo Leo», es Óscar Sánchez, «Oscarín», un vecino del barrio diagnosticado de esquizofrenia, de 56 años y con una discapacidad del 65 por ciento, con el que convivía el fallecido para cuidarlo.

Llas personas que la jueza ha llamado a declarar son la mujer del fallecido, el hermano del investigado, su mujer, un vecino de "Oscarín", la encargada del salón de juegos en el que estuvo el "Viejo Leo" la noche de su muerte, como publicó en exclusiva este diario, y una amiga suya que fue la última en verlo con vida.

La jueza también ha solicitado informes a la unidad de Psiquiatría del HUCA para saber si el acusado, que permanece preventivo en la cárcel, tiene allí algún informe médico. Como informó este diario en exclusiva, el "Viejo Leo" fue asesinado con un pequeño cuchillo de los que se usan habitualmente para pelar patatas, un utensilio de cocina con una hoja afilada de ocho centímetros de longitud y dos de ancho. 

El cuchillo fue localizado por los miembros de la Policía Científica durante la inspección que se llevó a cabo en el piso que compartían la víctima y su presunto asesino. Estaba en uno de los cajones de la cocina, junto al resto de cubiertos y tenía restos de sangre en la hoja y en una de las cachas, como ya adelantó en su día este diario. Lo que no había trascendido hasta ahora es que, adherido a la hoja del cuchillo, había un pelo de color negro de unos dos centímetros de longitud que fue recogido y que está siendo analizado. En caso de que ese pelo no perteneciese a "Oscarín" o a la víctima podría convertirse en una prueba esencial para sostener uno de los argumentos de la defensa del acusado, que sigue aferrándose a la posibilidad de que en el crimen hayan participado terceras personas. 

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