Ciudad Secreta
El emotivo reencuentro de las pioneras del fútbol femenino en Oviedo: "Jugábamos en campos con piedras y nos teníamos que duchar con agua fría"
"La historia del deporte femenino está borrada", afirman las integrantes del primer equipo de la ciudad, surgido en La Corredoria en 1980

Jugadoras en un partido disputado en San Claudio en 1987.
Falta poco para que se celebren las fiestas de La Corredoria de 1980 y en el bar México empieza a tomar forma la idea de organizar un partido de fútbol femenino. "Siempre jugaban solteros contra casados y empezamos a pensar ¿por qué no solteras contra casadas?", relata Ana Lacalle, que estuvo en el germen de aquel proyecto pionero del fútbol femenino en Oviedo, que fue creciendo, no sin dificultades, pero que siguió adelante hasta llegar a lo que ahora es el Real Oviedo Femenino.
Atrás quedan 45 años de historia, muchas jugadoras y amistades que continúan. "Pusimos carteles por los bares de La Corredoria en los que se decía que se necesitaban jugadoras", continúa explicando Lacalle. Y se consiguieron dos equipos. Tras ese primer encuentro decidieron seguir preparándose. "¿Vamos a dejarlo ahora?", se preguntaron. La respuesta fue que no.

Integrantes del equipo que jugó en las fiestas del Carbayu de Lugones en agosto de 1983. / LUISMA MURIAS
"Entrenábamos en los praos que había detrás del bar México", asegura Mercedes González, una de las pioneras y de las destacadas en un equipo en el que también estaba Toña Is, que actualmente dirige la Selección Femenina de Fútbol de Panamá. En los dos primeros años jugaban en las fiestas de diferentes barrios. Después ya se federaron como México-La Corredoria C. F.
En aquellos inicios se juntaron en el equipo de fútbol jóvenes de La Corredoria pero pronto empezaron a acudir de "todo Oviedo", recalca Ana Lacalle, fundadora junto con Luis Miguel Cienfuegos del club, y presidenta en una de las épocas. "Aquel equipo era una piña y todas estábamos muy involucradas", afirma. Coinciden Mercedes González, Marta Barcia, que se incorporó en 1981, y Begoña del Valle, que llegó cuando el Club Deportivo México-La Corredoria tenía tres años de vida. Cuatro décadas después de que se fundase el equipo las tres exfutbolistas siguen reuniéndose con Ana Lacalle y jugadoras de otras épocas, como Vanesa Monjardín, que se incorporó unos años después.

Por la izquierda, Marta Barcia, Ana Lacalle, Begoña del Valle y Vanesa Monjardín. / Luisma Murias
Entonces "no había competencia", comenta Begoña del Valle. Llegaban las nuevas jugadoras y "todas se preocupaban de acogerlas y de que se sintieran cómodas", indica Lacalle, dedicada desde los inicios a las labores organizativas y que sigue vinculada al fútbol femenino.
Recuerdan las exjugadoras los numerosos campos en los que tuvieron que jugar como locales. "No teníamos y fuimos a San Claudio, a Tudela Veguín, a Guillén Lafuerza, a Pumarín y a Bueño, entre otros", señalan. "Y pagábamos 10.000 pesetas por el campo", manifiesta Lacalle. Era un club en el que había mucha colaboración de los familiares.
Y un equipo en el que se encontraron un grupo de chicas que nada más llegar, y alguna un poco antes, descubrieron que el balompié era su pasión. Mercedes González estudiaba en el colegio de El Fontán y "saltaba el muro que separaba el patio de las niñas y de los niños para ir a jugar al fútbol con mis hermanos". Y después llegaban las regañinas. Y más tarde más de una decena de convocatorias con la selección femenina nacional.
Cuando Marta Barcia llegó al equipo de La Corredoria quedó "enganchada" al deporte del balón. "Iba como si fuese a jugar con el Real Madrid", subraya, que fue centrocampista y central. Hasta entonces disfrutaba dando patadas al balón junto a otros niños junto a la iglesia de San Javier de La Tenderina. "La historia del fútbol femenino, y en general del deporte femenino, está borrada", indica.
También a Begoña del Valle, que llegó al club con 15 años, le encantaba el fútbol y jugaba en Caces. Desde pequeña iba a ver al Real Oviedo con su padre, que fue el que le comentó que había un equipo en La Corredoria. "Fui un día a entrenar y me gustó", sostiene. Era extremo derecha y en su carrera metió doce goles directos desde el córner.
Vanesa Monjardín, que sigue vinculada al fútbol como entrenadora de fútbol base, empezó en 1991 a los 13 años. Su primer partido se disputó en Francia, en Pecquencourt. "Con 25 años me tuve que retirar porque me lesioné la rodilla", asegura. El equipo pasó a llamarse Tradehi, Peña Azul Oviedo Femenino, Oviedo Universidad, Oviedo Moderno y ahora está integrado en la estructura del Real Oviedo.
Mirando hacia atrás se acuerdan de que se tenían que "duchar con agua fría", jugar en campos en los que había piedras y hacer los viajes largos por la noche para no pagar hoteles. Y de los seis equipos de la primera competición y de la liga asturleonesa en la que estuvo integrado el club. "Fuimos campeonas en 1987 y pasamos a la Liga nacional", recalca Lacalle, que agradece el apoyo que les brindó Tradehi. Ahora, señalan, "tiene recursos, preparación física y son profesionales". "Ojalá las futbolistas actuales consigan más cosas", indica Begoña del Valle.
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