La historia de Alfredo Sánchez, el auténtico disco duro de La Corredoria: "La gente bajaba a bañarse a la playa del Nora"
"El noventa por ciento de la gente de siempre de esta zona desciende de la misma familia", afirma el vecino que tiene un archivo de más de tres mil fotos y miles de documentos

Alfredo Sánchez, en el centro social de El Cortijo. / Luisma Murias
Empezó de "muy guaje, de neñu", en la casa de sus tías, a escuchar historias de La Corredoria y alrededores porque "antiguamente Colloto, La Corredoria, Villaperi, Lugones, era todo lo mismo; la mitad de La Corredoria trabajaba en las fábricas de Lugones", relata Alfredo Sánchez, "de toda la vida de aquí, de la carretera de Villaperi, de las casas de Celedonio". A sus 57 años pone orden y archivo en todo el material, "más de tres mil fotos y miles de documentos" relacionados con el este ovetense, que abarcan una macedonia de temas, desde familias con vínculos en la zona a empresas que tuvieron fábricas y hasta proyectos que nunca llegaron materializarse como, por ejemplo, "uno de 1917 del Ferrocarril Vasco Asturiano que iba a atravesar La Corredoria para comunicar directamente con el puerto de Avilés".
Alfredo Sánchez explica a través de su propia familia ese "todo uno" que formaban La Corredoria, Colloto y Lugones. El abuelo paterno de Alfredo Sánchez, Floro Baranda, trabajó en la curtidora que había en El Cortijo de La Corredoria. "El compraba las pieles en los mercados. Andaba con un fajo de billetes y luego cuando volvía, a lo mejor se ponía a echar la partida, y decía: ‘Traigo aquí el bocadillo’. Pero era una cantidad de billetes impresionante. La curtidora cerró en 1946. Lo último que hacían eran los correajes para el Ejército". Su otro abuelo, el materno, Alfredo Álvarez "El Tarsilu", "trabajó en El Águila Negra, nació aquí en La Corredoria, pero fue a casarse allí, a Los Praos de Colloto y fue alcalde de Colloto. Como no quería serlo nadie, fue alcalde desde que acabó la Guerra hasta 1968", detalla. Sostiene que "el noventa por ciento de la gente de toda la vida de La Corredoria desciende de la misma familia. Los Díaz Boria, que vinieron de Llanera y de los que salieron luego distintas ramas. El paisano, Cucufato, tuvo 18 hijos, que formaron luego familias en Cuyences, La Granxa y alguno murió de pordiosero en Oviedo", apunta Sánchez.
Recuerda aquellas conversaciones interminables que escuchaba en la casa de sus tías, en La Corredoria Baja. "Eran modistas, conocían a toda la gente y a veces me decían: ‘¿Pero bueno, no te da vergüenza no saber quién es fulanito de tal?’ Casualidades de la vida, con los años y como siempre me gustó la historia e investigar las de familias de toda la zona, llegué a conocer más gente que ellas. En los años noventa, por ejemplo, recopilé fotos de las familias antiguas cuando ya se veía el cambio que venía en La Corredoria y se hizo una exposición para inaugurar el centro social en El Cortijo"
Aquel nieto de los años setenta, "cuando todavía existía tener las puertas abiertas en las casas, éramos pocos vecinos y nos conocíamos todos", compagina su querencia por recopilar todo lo que tenga relación con su Corredoria natal con sus trabajos como operador técnico de cine y televisión. Alfredo Sánchez igual participa en proyectos diversos de video como forma parte de la plantilla de producción reclutada en Asturias para la nueva película de "Los Juegos del Hambre", rodada el pasado verano en diversos parajes de Somiedo y Teverga. "Aquí nos arreglamos con cuatro perres para hacer de todo, pero los americanos y los alemanes trabajan a otra escala, en la que cada uno tiene su desempeño concreto, con una especialización impresionante", comenta Sánchez, muy ilusionado ahora con la presentación a los premios Goya de la película documental "Tres hombres no pueden ocultarse bajo la tapa de un puchero" y que trata de "tres paisanos que pasaron la Guerra Civil en una fosa que hicieron debajo de una cocina y estuvieron allí 36 meses, todo basado en hechos reales, en Les Aparaes, un poco más allá de Sotrondio". Pero esa es otra historia.
Esta actividad profesional le ha obligado "a aparcar" su labor de acopio y recopilación sobre La Corredoria, aunque tiene en mente documentales relacionados con la zona sobre el tabaco y las familias que marcharon para La Habana. "Mucha gente que emigró, era originaria de Colloto al ser Pepín Roces de allí. Eran primos de mi abuela y de ahí mi interés en recuperar esa historia", comenta Alfredo Sánchez de un proyecto en el que colabora con Francisco Bustamante. "Tiramos de archivos y nos pasamos mucha documentación que encontramos", afirma. Con ocho y nueve años aquellas fotos de "los americanos" de La Habana sedujeron tanto a Alfredo Sánchez, que ahí nació su curiosidad por la historia más cercana. "También tengo en preparación un libro, a ver si lo remato de una vez, sobre el actor Valeriano León, que nació en Colloto y estuvo casado con Aurora Redondo, también actriz. Muy amigos de los Fernández Roces. Antonio Fernández Roces era ingeniero de sonido, sale en muchos créditos de películas antiguas. Manejaban mucho dinero, tenían el soporte de lo que venía del tabaco de la Habana", explica. En Colloto hubo hasta una fábrica de celuloide, abunda este apasionado por las microhistorias de La Corredoria.
El repaso particular de Alfredo Sánchez a la transformación de La Corredoria comienza por el recuerdo de "la cantidad de hórreos que se perdieron, muchísimos y mucho antes de que llegara Sogepsa, ya cuando se hizo el ensanche de la carretera". Habla de una época, a finales del siglo XIX, cuando era habitual ver "los ‘rippert’, los tranvías tirados a caballos, por el paisaje rural salpicado de pequeñas casas y caserías. De cuando el Nora, a su paso por La Corredoria, "era la playa que teníamos aquí porque el río todavía no estaba contaminado ni mucho menos. La gente bajaba bañarse a La Corredoria. La contaminación empezó mucho después, hacia 1945. Hay testimonios escritos de 1955 donde ya se dice que el agua del Nora bajaba contaminada", detalla Alfredo Sánchez, que encuentra en los libros de fiestas anuales de tiempos pasados una valiosa fuente de documentación. "Mi madre tenía una carnicería y los críos jugábamos en la carreterina de Villaperi, de aquella pasaban cuatro coches. Estaba casi todo abierto, menos donde había llindes por las vacas y el ganado, corrías por donde querías", rememora Alfredo Sánchez. "En la carretera general estaba la casona de los Torre Bandujo, que fue guardería y ahora es un centro educativo canino. Detrás hubo una panera que tenía doce pegollos y que cuando se desmontó se vendía por piezas", afirma el operador de sonido e imagen, testigo en los últimos veinte años de la transformación de La Corredoria e implicado en el asociacionismo local durante años. "Estuve en todas las asociaciones, menos en la de cocina. Fui hasta vicepresidente de los bolos y nunca jugué. Pero ahora no hay ni bolos, ni juego de la rana, ni nada", lamenta Alfredo Sánchez, que asegura haber tenido que desprenderse de gran parte del material que guardaba "porque llevaba camino de acabar siendo un síndrome de Diógenes".
El disco duro de Alfredo Sánchez guarda un sinfín de anécdotas y vivencias de la zona, como cuando en La Corredoria "tocó el segundo premio de la lotería, en abril de 1932, 8.000 pesetas". Su archivo también almacena recuerdos del pasado fabril en la zona del Cortijo, donde a la curtidora de pieles seguirían luego una fábrica de anís y hasta una fábrica de lavadoras de tanto éxito "que en el año 1957 se anunciaba en el periódico ABC" o del taxidermista "que disecó al oso Perico que estaba en una jaula del Campo San Francisco con la osa Petra".
Una y mil historias, como la de de la sala de fiestas "La Playa" y el "Mónaco", ubicadas justo donde está ahora la oficina de Correos de La Corredoria y que a mediados de los años cincuenta "fue la mejor del Norte de España". Fue una idea de Rade Ramírez y su mujer, Pilar Calvo, que antes habían regentado en Oviedo la cafetería "La Paloma" y el bar "El Dólar". Primero pensaron en un merendero pero Pilar apostó pronto "por poner un baile en la finca de La Corredoria donde antes se había plantado remolacha y otras hortalizas".
"La gente se acercaba al baile en el tranvía", comenta Alfredo Sánchez, que conoció todos esos detalles de Luis Ramírez, el hijo del matrimonio emprendedor, del que recogió un sinfín de anécdotas relacionadas con "La Playa" y el "Mónaco", por donde pasó "mucha gente de categoría e importante" como, por ejemplo, el ciclista Federico Martín Bahamontes. Por haber hubo hasta una bailarina libanesa, que en 1965 enamoraba a la concurrencia con la danza de los siete velos "y cobraba una barbaridad". El matrimonio acabaría alquilando la sala de fiestas a un leonés, que también regentaba dos sala de fiestas Yuma, una en la carretera de Zamora y la otra en la avenida de los Monumentos de Oviedo. "El negocio acabó entrando en decadencia", precisa Alfredo Sánchez, que recuerda posteriores destinos de lo que fue la conocida sala de fiesta de La Corredoria. "La pista de baile serviría para entrenar al Club Patín Cibeles y una vez cerrado el Mónaco, se utilizó como pista de prácticas a la Autoescuela Ovetense, como circuito de karting y en el interior estuvo ‘Carrocerías Mónaco’, hasta que llegó la expropiación de Sogepsa".
- Estos son los vehículos que se verán afectados por la Zona de Bajas Emisiones de Oviedo: todo sobre las excepciones que permitirán circular a partir del 1 de enero por el centro
- Detenida una mujer por tocar los pechos a una camarera en un conocido local de copas de Oviedo
- El Ayuntamiento de Oviedo cede tres parcelas al Principado para construir 300 viviendas de alquiler asequible para jóvenes: tendrá cinco años para construirlas
- La historia del gaitero «más real de Asturias», que fue «un poco apache» en el Oviedo setentero
- Acelerón al proyecto que llenará de vida un edificio singular de Oviedo: el Ayuntamiento lanza su licitación más esperada
- Guía completa de la Navidad en Oviedo: Ara Malikian, el Ballet de Kiev, un festival de magia, la casa de Santa Claus, noria, pista de hielo...
- Muere una ovetense de 34 años en Navarra al chocar tras circular 11 kilómetros en sentido contrario por la autopista
- Cuenta atrás para que La Corredoria genere 115 puestos de trabajo cualificados: las obras comenzarán en días