Que no les engañen, a estas alturas nadie duda de que las tarjetas blue para aparcar gratis y en zonas restringidas se utilizaban para hacer / devolver favores. Empresarios, jueces y afines eran los principales privilegiados y, a la cabeza, el exalcalde Caunedo. Trata ahora el PP de llevar el debate al asunto de las filtraciones o medir el alcance de la tarjeta de Agustín. Nos dicen que esa tarjeta sólo servía para entrar por calle peatonal hasta el Ayuntamiento, como si todo Oviedo no supiera que para entrar a la calle en la que vives o trabajas no se expide nunca una tarjeta, sino que la autorización se graba en el sistema informático que controla las cámaras. Los defensores de esa extravagante teoría son el exconcejal de Seguridad, Gerardo Antuña, y el Comisario Principal de la Policía, José Manuel López. Y debemos decir que a ambos les acoge el derecho a no declarar e incluso el derecho a mentir, puesto que la concesión de autorizaciones ilegales como estas puede ser constitutiva de un delito de prevaricación administrativa. Precisamente por eso el Grupo Municipal de Ciudadanos, que solicitó las comparecencias de los demás funcionarios, no pidió la del Comisario, para salvaguardar su derecho de defensa. Pero claro, el Partido Popular lo necesitaba para lanzar su cortina de humo y lo sentó en la sala de comisiones junto a sus subordinados.
Ahora nos podemos preguntar, ¿los favores los hacía el Comisario o los hacían los políticos? La verdad es que no importa, el responsable último siempre es el político. Nos dice la ordenanza de movilidad que las autorizaciones para circular por calles controladas por cámaras las expide la policía local, pero las autorizaciones para estacionar en zona azul, carga y descarga, etc., las expide la autoridad municipal, es decir, el Alcalde, y por delegación, el Concejal de Seguridad Ciudadana (Gerardo Antuña, hasta 2015). Y ahora nos hacemos otra pregunta, ¿por qué el concejal no firmaba esas autorizaciones? ¿Le dejaba el regalito al Comisario?
El tripartito, como es habitual, sin rumbo y con gran desconcierto, abre un expediente para depurar responsabilidades, y eso está bien, si es que consiguen llevar ese barco hasta algún puerto (se admiten apuestas). El actual concejal de Seguridad se esfuerza; Izquierda Unida vive en su universo paralelo y republicano intentando ganar la Guerra Civil; ¿y Somos? En este asunto está como un coche averiado subido en una plataforma, no tiene dirección porque el que conduce es el de la grúa. Las consecuencias las empezamos a pagar todos, justos por pecadores, los primeros, los Agentes Comerciales que se quedan sin permisos para hacer su trabajo. No serán los únicos. Ciudadanos, el único partido que forzó la investigación en comisión mientras los demás callaban, no se va a contentar con un expediente administrativo porque buscar culpables entre los funcionarios es la salida cobarde de los políticos mediocres. El responsable de lo que hace el comisario es el concejal, y el responsable de lo que hace el concejal es el alcalde. Así que el responsable de las tarjetas es don Agustín Iglesias Caunedo. Y en este caso no puede derramar lágrimas de Esperanza y decir que no sabía nada. Su propia tarjeta se lo impide. Este PP de los mil imputados empieza, allá donde le obliga Ciudadanos, a señalar la puerta de salida a sus garbanzos negros: que cunda el ejemplo en Oviedo.
