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La mar de Oviedo

Ordoño I

Tal día como hoy, en el año 866, murió en Oviedo Ordoño I, rey de Asturias desde el año 850; era hijo de Ramiro I, el del Naranco, y nos dejó a los 45 años por una enfermedad de los pies, podagra, o sea gota; abusaba del jabalí y en el siglo IX no existía la Colchicina. Lo enterraron en la capilla del Rey Casto, donde más tarde lo acompañó su viuda, Nuña. Dicen las Crónicas que, en su cojera, fue muy buen rey, renqueante pero buen rey. Tuvo varios hijos: Alfonso III el Magno, que heredó el trono; Bermudo Ordóñez, que se rebeló contra su hermano y se exilió a Coímbra; Nuño Ordóñez, Fruela Ordóñez y Odoario Ordóñez, que también se rebelaron y les sacó ojos, y Leodegundia Ordóñez, que fue a estudiar a Pamplona y allí casó. Lo que podemos afirmar, tras su pérdida irreparable, es que, de no haber fallecido, el pobre Ordoño el cojo frisaría hoy los 1.196 años.

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