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La mar de Oviedo

La estaca

Admiro muchos monumentos de Oviedo: Santa María del Naranco y la Catedral los que más; también Foncalada, el Hotel Reconquista, la Regenta?, y no indago si a Ramiro I sobornaron los vikingos para que no defendiera Gijón; tampoco si los romanos construyeron la fuente-lavadero fustigando a la clase trabajadora astur; ni quiero saber si los arquitectos Pedro Antonio Menéndez de Ambás y Ventura Rodríguez visaron el proyecto del antiguo Hospicio, ni me pregunto si Clarín entregaba el sueldo en casa. Creo que las obras de arte son al artista como las perlas a la ostra, consecuencia de una tara, y que esa tara puede redimirlo. Por eso me gusta la aguja gótica, al margen de que Rodrigo Gil de Ontañón engañara a una viuda en cada catedral. Pero hoy no bien escuché al separatista Lluis Llach, que tanto canté en los años 70, apagué la radio por no coger la estaca y metérsela por? Artista del demonio.

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