La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La mar de Oviedo

¡Viva la castaña!

Descuidamos nuestros castaños, plagados de parásitos, hoy sólo sirven para madera, y necesitamos importar sus frutos para nuestro consumo, y árboles sanos, modelos en su día para bosques foráneos. Lo mismo puede decirse de nogales, avellanos, manzanos, pescales, ciruelos, cerezos, perales, higueras, naranjos, melocotoneros... De todo tenemos, degradado, y hemos de comprarlo fuera. Nos urge traer nueva savia, volver a plantar, flora y fauna, también personas; a los asturianos que se fueron, a los criollos, a los mestizos y a otras razas, pues nuestra tierra es potente y el cielo se presta. Y nosotros, los autóctonos y residentes, deberíamos pasar la inspección y someternos a una poda de ramas chuponas y ramones, desmoche, limpia de brotes adventicios y tallos secos y deformes y someternos a injertos de corona y canutillo para provocar formación de vástagos y atraer la primavera

Compartir el artículo

stats