La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Neandertales en La Manjoya

Una mirada irónica sobre el hallazgo de La Zoreda

Fue leer los titulares en LA NUEVA ESPAÑA y cortárseme la digestión del desayuno. Haciendo labores jardineras en el bosque de La Zoreda apareció un cascajal y resulta que era el almacén de ferretería de una tribu de neanderthales. En Oviedo. Un poco más allá del Parque de Invierno. Así, en frío. Y lo dice un arqueólogo. Por la foto se ve que es joven. Está muy claro, vio unas piedras con aristas y pensó que eran hachas. A mí me sucedió al empezar en la profesión, me enseñaron unas chirivías y dije que eran zanahorias, no pasa nada, al principio es así. También lo avala un arquitecto. Sí, ya se que estos señores viven entre Dios y la Casa de Quirós y saben de todo, pero las cosas son como son: un médico sabe de medicina, un periodista sabe de noticias, y un arquitecto sabe de construcciones; zapatero a tus zapatos. Porque si no sucede esto, que se encuentran con cuatro lascas y dicen que son cuchillos para pelar bisontes. Si los señores del Ayuntamiento quieren piedras con aristas que me lo digan; me acerco a la cantera de Veguín y en una tarde les lleno un tres ejes. Esos pedruscos, que a poco que se cave salen por docenas en cualquier pradera, como toda persona sabe, tienen que abundar en La Zoreda porque ahí existió una fábrica de explosivos, que la gente llamaba "La Caja de cerillas" y que explotó varias veces. El arquitecto, por su titulación, lo tenía chupado: "Las piedras halladas en La Manjoya son restos de construcciones". Y nadie se lo hubiese discutido, porque de eso sí saben la del demonio. Pero no, esos guijarros son instrumentos quirúrgicos de los neanderthales. Repito: en Oviedo. Sapiens no, neanderthales. ¿Cómo saben de la pureza de sangre de los matarifes de La Zoreda? La teoría de que los sapiens y los neanderthales no se cruzaron hace tiempo que está desmontada. Por sentido común además. Los varones se acuestan con cualquier cosa dándoles tiempo. Y sin dárselo; los hay que duermen con unas señoras neumáticas que sacan de una caja e inflan antes del acto. Y conocí a un labriego cerca de Berlanga que vivía una arrebatadora historia de amor con su mula. ¿Iba a resistir un sapiens la mirada incendiaria de una Ava Gardner neanderthal de ojos verdes? ¿Por qué ese cesto de lajas es con certeza de neanderthales pura sangre? Precisamente en Oviedo. Donde sus gentes cultivan la ópera, visten con clase, con sede de Universidad desde el Medievo, lugar donde se sitúa el Gobierno, panteón de los reyes asturianos -y alguno de León-, palacio arzobispal, todo eso. ¿Cómo que neanderthales? No sé de dónde serán el arqueólogo y el arquitecto de los dichosos cascotes?, pero me temo lo peor. Según esto, los de Gijón son descendientes de patricios de Roma, y nosotros de primates. Por supuesto una hipótesis absolutamente inconcebible, y a todas luces inaceptable. Y en el desgraciado caso de que estudios contrastados desvelasen la terrible verdad, por supuesto que no queda otra que ocultarlo. Yo ya lo he dicho a mis hijos: ni media palabra de esto.

Compartir el artículo

stats