Reticente fui de viernes a "Los hermanos Sisters" y me las vi ante una gran película del Far West, un punto diferente, con matones que filosofan. Aunque me senté más atrás de donde acostumbro, por si la sangre llegaba al patio, resultó una agradable sorpresa, aun reconociendo al director, Jacques Audiard, y a los admirables matones: Charlie (Joaquín Phoenix) y su sensible hermano bueno, Eli (John Reilly), de arrebatadora ternura; me recordaron a los protagonistas de Steinbeck, George y Lennie, en "De ratones y hombres". Diría que se trata de un homenaje a los hermanos, a los hermanos en general, al hermano mayor en apariencia tonto que ayuda al que se diría listo. En los créditos del final, vemos que el director dedica el largometraje a su hermano fallecido. Dice un proverbio hindú: Ayuda a que la barca de tu hermano pase al otro lado y verás como tú también llegarás a la orilla.
