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La radio fórmula

Cuatro décadas de una emisora que marcó a varias generaciones

Se acaban de celebrar los 40 años de Los40 Asturias, cuatro décadas pendientes de la FM. Un dato terrible para mi generación, que afrontamos las crisis con frases ingeniosas como: ¡los cincuenta años de ahora son los antiguos treinta! Si bien tiene algo de cierto, mis articulaciones hace al menos quince que no opinan lo mismo.

Ya sé que me pongo muy pesado con la nostalgia, mis batallitas. Pero es que si rascas un poco entre tus propios recuerdos te darás cuenta de que Los40, gustos particulares aparte, son una banda sonora con protagonismo al más puro estilo de las pelis de Tarantino. Que se puede incluso ordenar la memoria en torno a eso.

En mi caso hay que remontarse a otra ciudad, a otra hostelería. A los tiempos del Chaquetón y del Tac-si, del Tetris, los pinchos en el Rosal y las sesiones de tarde de discoteca. A una forma de salir vespertina y segura con las copas sobre el capó de los coches de tus vecinos. Cuando aún se miraba de reojo hacia el Antiguo, que era territorio para valientes pioneros. Nos parecía tan sofisticado, y sin embargo es un recuerdo pequeño.

La industria de la música no ha parado de cambiar desde la irrupción de internet. Mis hijos pertenecen a la comunidad Spotify, no tienen dj's de cabecera. Su contacto con la radio se reduce a viajes largos en coche. Pero transistor, onda media, frecuencia modulada, son expresiones que se les escapan.

Una vez celebramos un cumpleaños de la pequeña simulando una discoteca. Desde la cabina de pinchadiscos les lancé lo que me parecieron unos cuantos rompe pistas adolescentes: "Sabor de amor", de "Danza Invisible", "Maquillaje", de "Mecano". El dardo inmisericorde de mi hija acertó de pleno en el centro de mi amor propio. Papá, me dijo, te pedimos canciones de Los40, no de los años cuarenta.

En fin, si bien la música debe ser la suya, pensé, al menos maneja el concepto Los40 como un término contemporáneo, más suyo que mío. Me consolé viendo en eso cierta afinidad histórica, aunque a todas sus invitadas les pareciese el pinchadiscos menos guay del mundo.

La FM me parecía radio sin memoria, donde la novedad era más importante que el gusto. Está claro mi error, Los40 permanecen porque es una radio que programa sin prejuicios, lo que suena es lo que hay, la radio fórmula que deja marcas imperecederas en nuestros recuerdos compartidos. Felicidades.

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