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Crítica / Música

Pasión Filarmónica

Nuevo concierto exitoso de la Sociedad Filarmónica gracias al nivel técnico e interpretativo de sus protagonistas

La decimocuarta cita de este año de la Sociedad Filarmónica ovetense estuvo marcada por el repertorio centroeuropeo y la calidad de Iván Zenaty, solista y director del Ensemble 18+ Praga. Este compromiso nos sitúa a las puertas del concierto número dos mil de la institución fundada en 1906, una de las sociedades filarmónicas más longevas del panorama español.

Un Albinoni muy aseado abrió la velada musical, con un último movimiento especialmente rico en cuanto a los matices, con finales cuidados y ajustadas cadencias culminadas mediante elegantes trinos. Ya con Zenaty sobre el escenario, se ejecutó el "Concierto en Re Mayor para violín y cuerda" de Jiranek, una obra en la que se percibió un conjunto muy pendiente de arropar en todo momento a un Zenaty que proyectaba con exuberancia la exquisita sonoridad de su Guarneri del Gesu.

Con dos piezas de Dvorak se clausuraba la primera parte. La "Balada en re menor" sobresalió por la bella emisión del solista y su marcada impronta melancólica, tan explotada a lo largo de la centuria decimonónica por el Romanticismo musical. En cuanto a la "Mazurka en mi menor", se trata de una pieza de gran exigencia que Zenaty sacó adelante con rapidez y alarde técnico. Sin embargo, esta primera mitad habría requerido un mayor volumen en los graves de la agrupación que permitieran aportar una sonoridad más envolvente al conjunto y dotar de una mayor cohesión al ensemble.

Interesante la interpretación del "Concierto en Re Mayor" de Beethoven (versión de cámara de Nurhan Arman), conservando la esencia dramática del concierto escrito por el genio de Bonn, permitiendo a la agrupación desarrollar dinámicas bien acusadas para enfatizar la tensión de ciertas progresiones, reservando un sonido más velado para las resoluciones armónicas. A ello se sumó un Zenaty majestuoso en los pasajes virtuosos, expuestos sin dificultad gracias a su técnica impecable y al timbre de su violín.

A modo de síntesis, podemos concluir que, durante la hora y media de concierto se percibió un nivel muy alto del ensemble, con un repertorio que parecen dominar y un solista de gran calidad que fue el verdadero protagonista e hizo disfrutar a los asistentes de una gran noche de música.

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