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Paraíso capital

Fantasía lunar

Sabemos que David Bowie estuvo alojado en el Reconquista porque así está documentado en la fabulosa colección fotográfica de Ánder Azcárate. Creo que nos remontamos a la gira que hizo escala en Gijón, allá por 1991.

Sin embargo hubo un tiempo en el que el Delgado Duque Blanco recibía en su correo electrónico, puntualmente cada año, una invitación para venir a celebrar su cumpleaños en nuestra ciudad. Una idea loca. Un sueño que me gustó compartir con Igor Paskual, ovetense sin par que pasea la bandera de Asturias por el mundo.

Resulta evidente que fue una de esas ocurrencias absurdas que sólo se pueden tener rayando la madrugada, en plena euforia de una conversación de barra. Ambos nos hemos sentido siempre fascinados por esa ambigua figura, el extraterrestre que removió los cimientos sexuales del rock.

Así que le montamos un jolgorio aprovechando su cincuenta aniversario. En aquel tugurio maravilloso, el "Monster". Con todos sus discos, con concierto, tarta, velitas y toda la impedimenta.

Haciendo gala de su osadía, aquel joven Paskual se enfrentó al público que llenaba la sala sabiéndose las canciones a medias, en absoluto las letras. Y comenzó cantando un poco tímidamente, contra su costumbre y actitud, expulsando sonidos tales como "guacha amgona" o "iloviu beibe". Genial como sólo él puede serlo.

Pasó lo que tenía que pasar: entre el público había dos camaleonas entusiastas que sí se las sabían todas, y tras una sorpresa indignada inicial optaron por partirse de risa descaradamente. Detalle que no pasó por alto nuestro valiente protagonista. Sorprendentemente, agarró micro, guitarra y taburete y se fue a instalar justo delante de aquellas fanáticas. Destapó su mirada hipnótica de serpiente, su sensualidad andrógina desbordante, y les cerró la boca transformándose en la reencarnación misma del hombre que vendió el mundo, del Mayor Tom, de Ziggy. Si no se las comió a continuación fue simplemente porque no quiso.

En aquella ocasión disculpamos a Bowie enterados de que tenía cita previa en el Madison Square Garden para celebrarlo junto a Robert Smith, Pixies, Lou Reed y otros amigos. Pero en el fondo nunca llegamos a comprender ni a perdonarle del todo que al menos una vez aceptase el reto de venirse a alguna de las muchas que nos empeñamos en repetir hazaña.

Hoy, 8 de enero, el Camaleón habría cumplido setenta y tres años. Pasado mañana harán ya cuatro desde que trascendió de su cuerpo de mortal para regresar a la fantasía lunar a la que siempre había pertenecido.

Donde seguramente continúa componiendo canciones galácticas.

Y a Igor y a mí nos encantaría escucharlas.

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