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Adiós a un gran amigo

En recuerdo de Pepe Tejón, un hombre especial, entrañable y familiar

He recibido muy apenado la noticia del fallecimiento de un gran amigo, alguien que fue muy importante para mí y para mi familia. Pepe Tejón, al que hoy me ha tocado despedir.

Nacido y enamorado de Felechosa, Pepe fue un trabajador infatigable, un luchador. Creó con gran esfuerzo su taller de reparación de vehículos, que fue una referencia en piezas especiales, lo que le llevó a viajar por toda Europa, especialmente a Alemania, y que sin duda sirvió para forjar en él ese carácter abierto y amigable que le hacía ser una persona muy especial.

Siempre se sintió orgulloso de la hermosa familia que había formado con su mujer Isabel, de la que estaba profundamente enamorado y con la que compartió más de 60 años de matrimonio. Profesó un gran amor por sus hijos y por sus nueras. Por supuesto también por sus cuatro nietos, a los que quería con locura.

Entrañable, amigable, tremendamente familiar, son mil y una las anécdotas que con él tengo vividas, algunas en Oviedo, ciudad a la que Pepe también quería, y otras en Felechosa. Por supuesto, las que nos ofrecía durante las marchas a Covadonga del Centro Asturiano, que con tanto cariño y devoción realizaba.

Esa gran pasión por el senderismo le llevó, en el año 2016, a recorrer los bosques peruanos que llegan hasta el Machu Picchu, 40 kilómetros que compartió con su hijo José Avelino y que valió para que LA NUEVA ESPAÑA le dedicara un reportaje.

Pepe transmitía unas grandes dosis de humanidad, y su bonhomía hacía que fuera una persona querida por todo el mundo.

Tanto Marta como yo, como toda nuestra familia, nunca le olvidaremos. Era para nosotros mucho más que un amigo. Es por ello por lo que siempre le tendremos en nuestro recuerdo.

Descansa en paz, Pepe. Adiós amigo.

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