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Beatriz Díaz, lista para dar el gran salto

El reciente éxito de la soprano asturiana en “Madama Butterfly”, a la altura de dos grandes como Arteta y Jaho

Gran expectación habían generado las funciones programadas por la Fundación Ópera de Oviedo de la popular “Madama Butterfly pucciniana”. Un reparto de altura comandado por la soprano Ainhoa Arteta y el tenor Jorge de León como Cio-Cio-San y Pinkerton respectivamente, con el aliciente extra de poder presenciar el debut de la soprano allerana Beatriz Díaz en el papel protagonista en la función popular, fueron la causa de dicha expectación. Expectación sobradamente satisfecha en las funciones previstas, incrementada por la en principio no prevista intervención en la última función de otra soprano ilustre, Ermonela Jaho, especialista en el papel, que sustituyó a la Arteta en la última función.

Todos los artistas de las distintas representaciones estuvieron a gran altura, así como la Orquesta Oviedo Filarmonía y el Coro de la Ópera de Oviedo, comandados todos ellos por el sobresaliente y joven director asturiano Óliver Díaz. No vamos a hablar en esta ocasión de la cuestión escénica pues bastante mérito tiene el haber salido del paso usando los mismos decorados para dos obras tan distintas como son “Fidelio” y “Madama Butterfly”.

Sí, en cambio, quiero destacar muy especialmente la labor de la soprano asturiana Beatriz Díaz como una de las protagonistas femeninas de esta archiconocida ópera de Puccini. Papel este de la desgraciada y conmovedora Butterfly solo apto para grandes sopranos y muy difícil de interpretar ya que la protagonista tiene al comenzar la ópera quince años y es prácticamente imposible que exista una soprano con las características vocales requeridas con esa edad, por lo que el papel tiene la dificultad añadida de hacer creíble el personaje.

Beatriz estuvo en todo momento a gran altura, comparable a la de las veteranas Arteta y Jaho, quedando a medio camino entre la opulencia vocal de la primera y el intimismo y delicadeza de la segunda. Hija del cantante allerano de tonada Ricardo Díaz, mas conocido como Ricardo el de Boo, empezó cantando asturianadas siendo solo una adolescente, y luego las canciones pop de la época, para terminar optando por la lírica dadas sus espléndidas condiciones. Tuvo la mala suerte de que cuando empezó a brillar internacionalmente en este género, vino la crisis económica de finales de la primera década de este siglo, lo que evidentemente la perjudicó al igual que a otras muchas cantantes jóvenes. Solo espero que el triunfo merecido de esta Butterfly ovetense le sirva para dar el salto en su carrera que merece, tanto a nivel nacional como internacional.

Y una última consideración para felicitar al equipo directivo de la Opera de Oviedo, que se atrevió a alternar en el Campoamor dos títulos en este mes de diciembre, y a todos los que han intervenido en los mismos, saliendo victoriosos tanto en las representaciones de “Fidelio” como en las de “Madama Butterfly”.

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