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Amar los libros

Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.

Estoy segura de que Conchita Quirós suscribiría este proverbio hindú. Ella amaba los libros. Era tal su identificación con ellos que casi me atrevería a decir que formaban parte de su ser. Conchita se convirtió, con el paso del tiempo, en esa librera maravillosa que sabía aconsejar y que había conseguido hacer de su establecimiento un lugar de encuentro con la cultura, no solo por las creaciones allí atesoradas, sino porque en su afán de difundir la lectura, Conchita va un poco más allá creando un foro.

El Foro Abierto Cervantes es una realidad. Una realidad que, poco a poco, ha ido incrementando su actividad: cursos de narrativa, amplio abanico de la actualidad literaria, acogida a escritores para que presentaran sus últimas creaciones, favoreciendo así el encuentro de éstos con los lectores.

He sido una de las muchas escritoras que por allí han pasado y he disfrutado del buen hacer de Conchita, que siempre tenía todo previsto.

Tengo un recuerdo imborrable de su presencia en Candás cuando, con la generosidad y animosidad que la acompañaban, no dudó en acudir a mi pueblo para apoyarme en la presentación de mi libro “La Indiana”, que tan importante era para mi emocionalmente.

Querida Conchita, te has ido sin hacer ruido, como de puntillas para no molestar a nadie. Me dará mucha pena pasar por la librería y no verte. No sabes cómo recuerdo tus maravillosos y artísticos escaparates, en los que los libros parecían cobrar vida.

Contigo, mi querida Conchita, se va una parte importante de nuestra vida. Te echaremos de menos, no solo los escritores, porque los personajes de nuestros libros también te añorarán.

Sí, notaremos tu ausencia, pero siempre permanecerás viva en nuestro recuerdo, y estoy segura de que también muchas personas a las que has orientado en sus lecturas, esas personas a las que has ayudado a cambiar las horas de aburrimiento por la compañía de un libro, nunca te olvidarán.

Ha sido una suerte conocerte, compartir contigo muchos momentos. Gracias, Conchita, por ser como eras; alegre, emprendedora, amante de la cultura. Gracias por tu amistad y gracias por todo lo que has hecho por el mundo de los libros.

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