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Ana Taboada

Derechos amenazados

Nunca olvides que una crisis política, económica o religiosa será suficiente para que los derechos de las mujeres sean cuestionados. Simone de Beauvoir

La situación de pandemia ha puesto en evidencia que las políticas de cuidados son esenciales para la vida misma y que, por tanto, deben situarse como prioritarias. Queda claro también que las mujeres han sufrido con mayor virulencia las consecuencias de la precariedad que ha generado esa pandemia. Bueno, queda claro salvo para los que viven en un mundo paralelo, los que criminalizan permanentemente al feminismo, los que viven la crisis desde sus atalayas de apellidos compuestos y sálvese quien pueda.

Atender a nuestros mayores, cuidar de la salud de nuestro entorno cercano, realizar las funciones asociadas al trabajo reproductivo, a la limpieza y mantenimiento del hogar, a la educación de nuestros hijos e hijas (o nietos y nietas), se han revelado como tareas fundamentales para el sostenimiento de la vida.

Se revela igualmente la necesidad de más y mejores servicios públicos en torno a una política de cuidados integral en la asistencia y ayuda a domicilio, en la atención a las personas mayores y a aquellas que necesitan apoyo por su diversidad funcional; en una educación que garantice la equidad, y en una sanidad pública de verdad, alejados todos esos espacios de la órbita de las privatizaciones y el mercado capitalista.

El Movimiento Feminista sí ha situado en su centro de reflexión, acción y reivindicación en los últimos años que sin cuidados no hay vida y que las que han cuidado y siguen cuidando son las mujeres. Los avances en derechos y libertades conquistadas por la lucha igualitaria de millones de mujeres en todo el mundo siguen permanentemente amenazadas por la lógica del mercado, que sigue estructurando el funcionamiento de nuestra sociedad.

La crisis ocasionada por la COVID19 también nos convoca a una reflexión colectiva acerca de qué modelos de ciudad necesitamos para una vida sostenible y segura. Necesitamos acelerar, con urgencia vital, políticas destinadas a garantizar un derecho humano, la vivienda, de manera digna sin mercantilizar. Desde el gobierno progresista, del que Unidas Podemos forma parte, se está trabajando en medidas transversales en materia social, laboral y de cuidados para revertir el modelo patriarcal, para avanzar en la igualdad retributiva y en planes públicos de cuidados, para proteger a las mujeres en su libre consentimiento frente a las agresiones sexuales… pero no es suficiente. Esas medidas deben contar con la complicidad y la implicación decidida de las administraciones autonómicas y municipales y de la sociedad en su conjunto para hacerlo posible. Tenemos la oportunidad como sociedad de situar el feminismo en el centro de acción de las políticas públicas para conseguir una sociedad más justa, igualitaria, sostenible y sin violencias machistas. Para conseguir una sociedad mejor para todas y todos. Desde Somos Oviedo/Uviéu decimos alto y claro que la igualdad no puede esperar. Feliz 8M.

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