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Jonathan Mallada Álvarez

Crítica / Música

Jonathan Mallada Álvarez

Música por la igualdad

El homenaje de la filarmónica ovetense a las mujeres en una cita con talento nacional

El concierto fue un reconocimiento a la labor de las mujeres en la música y en la sociedad en general. El alcalde, Alfredo Canteli –cuarto por la izquierda–, propició una foto con algunas de las invitadas al recital. Por la izquierda, la subdirectora general de LA NUEVA ESPAÑA, Ángeles Rivero; la consejera de Educación, Carmen Suárez; la esposa de Canteli, Marta Suárez; el alcalde; la fiscal superior de Asturias, Esther Fernández; la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín; la presidenta de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo, Pilar Rubiera, y la responsable de “El Comercio” en Oviedo, Paz Alvear.

La iniciativa “Mujeres en la música” que la Fundación Municipal de Cultura organizó con motivo del día Internacional de la Mujer, sirve para dar visibilidad a todas las compositoras silenciadas a lo largo de la historia. Más allá del programa, enteramente formado por obras de mujeres, el homenaje a la librera Conchita Quirós (recientemente fallecida), la inclusión de un estreno mundial de la compositora ovetense Raquel Rodríguez o la presencia sobre el pódium de la murciana Isabel Rubio, contribuyeron a redondear una velada musical exquisita.

El concierto se abrió con la “Obertura en do mayor” de Fanny Mendelssohn, obra de inicios del Romanticismo donde la Oviedo Filarmonía se mostró sólida y equilibrada, con una cuerda notable y un sonido compacto, con fluidez, pero también con algo de peso en los compases que así lo requerían.

Uno de los momentos más esperados llegó con la interpretación de “Mensaje Interestelar”, estreno mundial de la ovetense Raquel Rodríguez. Se trata de una obra poderosa, con tintes épicos y solemnes que evidencia la concepción trascendental que la carbayona quiso proyectar en su partitura. Trabajo notable y efectista sobre los volúmenes, con alguna referencia cinematográfica y no exenta de algunos pasajes de bella factura melódica. Este poderío casó a la perfección con una OFIL incisiva, de ataques precisos, bien empastada y contundente en la sonoridad.

Isabel Rubio, dirigiendo a Oviedo Filarmonía durante el concierto. | I. Collín

Para finalizar, la “Sinfonía n.º 1 en mi menor” de Florence Price. Bien balanceada, con una articulación cuidada y las dinámicas bien ajustadas. El lirismo y los guiños al folclore tradicional norteamericano se fueron consumiendo bajo la calidez de unas maderas a buen nivel. Particularmente atractivo fue el tercer movimiento (“Juba Dance”), lleno de ritmo y muy matizado, desplegando un color muy particular sobre el Campoamor en una ejecución viva y fresca, con la agrupación ovetense perfectamente ensamblada. Por su parte, Rubio se reveló como una directora nítida, fácil de seguir, enérgica por momentos y muy dominadora sobre el pódium. Exhibiendo una serena madurez y mostrándose conocedora de lo que la orquesta requería en cada momento.

En definitiva, una apuesta por las mujeres necesaria y una iniciativa diferente que deseamos tenga continuidad y siga trabajando por la igualdad y el talento local de un Oviedo que sigue haciendo Historia. Como finalizó Conchita Quirós su pregón en las fiestas de San Mateo 2018: “Viva la cultura, la lectura y viva Oviedo”. A lo que nosotros añadimos: Vivan las mujeres y viva la música

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