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Álvaro Faes

El público ya lo ha dado todo

El escaso apoyo que el Principado brinda a la Ópera de Oviedo

El público de la ópera ya lo ha dado todo. La ciudadanía ya ha hecho, como dice la consejera Piñán, ese esfuerzo adicional que ella reclama cuando llenó, en plena crisis sanitaria, todas las funciones que la Ópera de Oviedo puso a su alcance. No despliega un sacrificio añadido su gobierno, el del Principado, el de todos los asturianos, vayan o no a la ópera, vivan o no de ella, consigan o no uno de los muchos empleos que genera el curso lírico en la ciudad: mil directos en cada temporada y muchos más indirectos.

A la señora Piñán quizá todo esto le parezca un asunto “complexu” y por eso acaba dando a entender que la Ópera mejor hubiera cerrado por virus, que ya sabían cuánto costaba seguir adelante contra viento y pandemia. Nadie, solo ella, duda del esfuerzo de la propia Ópera a la hora de programar; ni del esfuerzo de los abonados, ni del de los espectadores en general.

Habrá que pensar entonces que esto es una cuestión de ceguera institucional. Ceguera de la misma consejera a la que le birlan en sus narices un par de cuadros, de Goya y de El Greco, nada menos; o al mismo gobierno que riega de billetes la promoción del asturiano pero olvida la Ópera. La falta de vista que no les permitió divisar cómo el panorama lírico internacional elogiaba a Oviedo por la valentía de programar ópera cuando casi nadie lo hacía. Mejor pensar que son cortos de miras y no que los ofensivos argumentos de Berta Piñán y la racanería del Principado son fruto de un sesgo ideológico y político con los aficionados a la ópera y Oviedo como telón de fondo.

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