La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Gonzalo García-Conde

Paraíso capital

Gonzalo García-Conde

SPA: color local

La calidad de la Semana Profesional del Arte

Quién mejor que Marta Fermín, artista, galerista y, ahora, también directora de la Semana Profesional del Arte de Oviedo (SPA), para acompañarnos en un paseo por esta nueva apuesta de la Fundación Municipal de la Cultura. Una propuesta vanguardista que, tras el éxito de público de esta primera edición, aspira a afianzarse en nuestra programación. Basta con ver la repercusión que ha tenido en redes y medios de comunicación para saber que será un pilar de la oferta cultural de Vetusta y heredera de aquella Bienal de Arte que recuerdan las crónicas.

Cuando llegué hasta La Vega, la puerta de la Fábrica (sede principal pero no exclusiva de la muestra) se hacía aún de rogar, tardaba en abrirse. El acceso por la calle Marcelino Fernández tiene algo inquietante. Una vía muerta con una sola boca de entrada y salida. El muro, tan alto, tan húmedo. El permanente zumbido de la “Y”.

Lo que aparece detrás cuando por fin nos dejan paso franco es un milagro. Un espacio inmenso, deteriorado, al borde de la caducidad, pero de una belleza poética, romántica, industrial y silvestre. Aún no he terminado de asimilar que esta joya tendrá una nueva vida dentro de mi ciudad, que cada vez es un poco más nuestra.

A partir de ahí comienza el paseo con Fermín y resulta imposible resistirse a su entusiasmo. Sus explicaciones son tan apasionadas que se alejan mucho de la objetividad. Ella lo sabe, claro, pero ni puede ni quiere evitarlo. Tampoco tiene por qué hacerlo porque, a fin de cuentas, el Arte es la ciencia de la subjetividad.

Sería muy fácil centrar el tiro en los trabajos de Stefan Yordanov, Gabriel Moreno o Mónica Fernández, que presentaban grandes obras y que aportan la etiqueta y el prestigio internacional. Sin embargo resulta evidente que el peso de la muestra recae sobre los artistas y galeristas locales. El comisariado de Marta Fermín pone en valor la variedad, la cantidad y la calidad de lo que se está haciendo en Asturias. Ella repite, enfatiza los conceptos Profesional y Arte a lo largo del paseo. Son las palabras clave. Especialmente Profesional, el arte es un trabajo que exige un esfuerzo y un talento, necesariamente hay que darle un valor.

Caminar entre las naves resultó un viaje de contrastes. Del Rocío describe en sus esculturas la crudeza de carácter de las mujeres del norte mientras que Deciversa explota el color y la voluptuosidad. Covadonga Valdés juega con un gran formato lleno de pinceladas invisibles y Mariana Fano pone en valor el detalle en su minúscula lección de historia del arte. Carlos Coronas encontró la inspiración en el mobiliario de la Fábrica para construir su Torre de Babel. En el extremo opuesto, el polvo del suelo recogido en un bote le sirve a Lisardo para provocarnos con una de esas obras incomprensibles pero llenas de pensamiento. La colección de rostros construida a golpe de brochazos de color de Inés Álvarez, frente a la soledad y el culto al detalle de Faustino Ruiz de la Peña, que tras años recorriendo una solitaria arboleda parece haber llegado al fin a un lugar habitado, quizá abandonado, igual de sereno que el camino recorrido. Urrusti alcanza la belleza del movimiento desde la rigidez del metal y el trabajo en madera de Miyares produce vértigo.

A Marta le brillan los ojos mientras nos cuenta todo, fue muy bonito hacer el viaje a su lado. Por mi parte, no he podido asistir a todo lo que proponía la primera Semana Profesional del Arte. Me he perdido lo de Antonio López, por ejemplo. Pero un par de días después me llevé a mi familia hasta La Vega y pude hacerme el listo contando historias que había escuchado. Nos sacamos fotos, nos reímos, disfrutamos. Mientras, la cultura en Oviedo sigue avanzando.

Compartir el artículo

stats