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Emilio Serrano Quesada

Adiós a un pionero de la promoción turística

Tras el fallecimiento de Frank Menéndez, fundador de la Alianza Francesa

Al abrir LA NUEVA ESPAÑA y conocer el inesperado fallecimiento de Frank Menéndez, mi cuerpo se hizo roca y mi alma oración en su recuerdo. Te llega la noticia y con ella la tristeza, el agobio y el desencanto. Esto pasa cuando ves a esa persona con salud y, en un momento, se va de esta tierra.

Adiós a un pionero de la promoción turística

No existen palabras, todo son silencios. En mis pasos me alivia la caricia de una brisa llena de emociones y recuerdos. Seguro que Dios, ese padre generoso, conocerá los motivos de su marcha y llamada. Movido por un impulso interno salí a los campos de mi aldea. Necesitaba respirar y hablarle a la Naturaleza. Inicié un paseo sin destino. Mi deseo era salir al encuentro de una calma, al abrigo de una paz que necesitaba.

Mis pasos, a libre albedrío, iban de un lado a otro de mi huerta. Día gris en esa fría entrada de verano. El orbayu, fino y tierno, se filtraba por la verde hierba. Los cielos lloraban con lágrimas de dolor y desde mis escondidos sentimientos brotó de nuevo un rezo.

No sé cuánto tiempo estuve perdido. Trataba de comprobar lo inesperado y la aguja de mi particular brújula oscilaba nerviosa. Ella, al igual que yo, solo teníamos palabras mudas y silencios eternos. Una y otra vez vuelvo a Frank y a los felices momentos compartidos en nuestra sincera amistad y afecto durante medio siglo.

Se me fue uno de mis mejores amigos. Nos conocimos por nuestras iniciativas en defensa del turismo de Asturias. Los dos fuimos pioneros en buscar soluciones, difíciles y complicadas en aquella época, para airear por España y por Europa toda la belleza, entonces escondida, de nuestro muy querido Principado.

Al día de hoy, dentro de nuestra ya avanzada edad, seguíamos, en nuestras charlas, siendo viajeros de ideales y promesas. Agradecidos a que siempre nos tuvo la vida reservado ese destino.

Por ello, ya jubilados, seguíamos compartiendo muchos actos en asociaciones, cofradías, tertulias y otros. Siempre en un diálogo abierto y fluido, en esas sobremesas largas y fructíferas, llenas del mejor de los encantos.

Diría que son muy gratos recuerdos no olvidados que se hacen eternos sentimientos. Así las cosas, permítame que con nostalgia le hable al pasado para pedirle a quien corresponda se tuviera en cuenta, con un recuerdo, la intensa labor de Frank por el turismo de Asturias. No hace mucho nos vimos en Oviedo, en unión de Rafael Secades, y con frecuencia el teléfono era nuestro puente de contacto.

Para ti, Pilar, cuántos gratos recuerdos en tu compañía en vuestras visitas a mi hogar riosellano. Me uno a tu dolor, al de tus hijos y nietos con todo mi cariño.

Cuando me retiro, para poner estas líneas, como recuerdo a su despedida, sigue el cielo vertiendo, con su orbayu, sus lágrimas de dolor y desde las alturas de los árboles, entre sus verdes hojas, sus blancos pétalos alfombran su final camino. Me uno a ellos con un gran abrazo.

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