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Francisco Navarrete Guijosa, extraordinario cirujano y persona

La tristeza ante la pérdida de un gran amigo y un excelente profesional

Con la fuerte impresión, todavía muy reciente, por la noticia del fallecimiento de un gran amigo, quisiera hacer públicas algunas reflexiones acerca de sus cualidades profesionales y, en especial, personales.

Francisco Navarrete Guijosa, extraordinario cirujano y persona

Francisco Navarrete Guijosa había nacido en Berja (Almería). Estudió Medicina en la Universidad de Navarra y realizó la formación especializada en Cirugía en el prestigioso servicio del antiguo Hospital General. Posteriormente toda su actividad como cirujano titulado transcurrió en nuestro servicio de la Ciudad Sanitaria Virgen de Covadonga que más tarde pasó a denominarse HUCA al fusionarse con el Hospital General.

Desde el punto de vista profesional resumo sus extraordinarias cualidades lo que con seguridad es compartido por todos los cirujanos que a lo largo de los años han convivido con él. Cirujano muy hábil, trabajó especialmente en la compleja cirugía del esófago y del estómago en la que llegó a alcanzar una más que dilatada experiencia. Sus pasiones eran los pacientes y el quirófano sin aspirar nunca, por su innata humildad, a puestos de mayor rango que sin duda había merecido.

En el ámbito docente, además de ser un referente en la formación de residentes, alcanzó la plaza de catedrático en la Escuela de Enfermería y Fisioterapia en la que desarrolló una labor ensalzada por todos los que le conocieron, tanto alumnos como compañeros. Huelgan detalles en aras de la brevedad.

Fue también autor de importantes trabajos de investigación de los que solamente me referiré, por su trascendencia regional, a su tesis doctoral: “Cáncer de tiroides en Asturias. Caracterología, incidencia y epidemiología”.

Pero sobre todas estas cualidades profesionales destacaba por su talante personal. Hombre bueno, sencillo, amable sin estridencias, fiel a la amistad y, como calificativo final, diría que era un hombre de integridad moral absoluta. Acompaño a Marisa y a sus hijos en su dolor, Descansa en paz, Paco; nunca te olvidaremos. “Sit tibi terra levis”.

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