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Cristina Coto

Al hilo de los chiringuitos

La posición de Vox ante el cambio de modelo de las fiestas

Cuando un alcalde del Partido Popular –aunque no afiliado- acusa a Vox, de “aliarse con quienes se oponen a dar más protagonismo en las fiestas a la hostelería” sugiriendo, para mayor risión, que estaríamos aproximándonos a las izquierdas, no queda otra que aclarar, por enésima vez, la posición de Vox con respecto al nuevo modelo festivo para San Mateo impuesto por Canteli y Cs.

Y la primera pregunta viene sola siguiendo su propio razonamiento: ¿estaba en contra de la hostelería y arrimado a las izquierdas el Canteli que afirmó rotundo el año pasado que “los chiringuitos son la esencia de las fiestas”, “un símbolo de San Mateo” y “lo que funciona no se toca”? Ni idea. Cierto es que el 27 de marzo nos encontramos con la noticia de que una determinada patronal “exige cambiar el modelo de San Mateo”, y a partir de ahí se armó el Belén.

Y más: ¿estaba Canteli en contra de la Hostelería cuando Vox pedía incrementar las ayudas al sector y eliminar tasas incomprensibles con los establecimientos cerrados, como agua, alcantarillado, basuras, luz… en plena pandemia? Siempre nos topamos con la callada por respuesta o el “no” más contundente. Eso sí, en 2020, pandemia dramática, la Corporación ahorró nada menos que 29,7 millones de euros mientras muchos hosteleros y comerciantes bajaron la persianas. Vox nunca compartirá esas políticas porque los Ayuntamientos no son Cajas de Ahorro, por más que se reserven los maravedíes para cortar cintas en año electoral.

Vayamos al acuerdo de coalición PP-Cs: “Buscaremos un nuevo modelo festivo consensuado y más variado sin chiringuitos vinculados a Partidos Políticos, con espacios para la hostelería local (…)”. Por nuestra parte absolutamente de acuerdo pero ¿han hecho eso?. De momento el consenso se ha convertido en batalla campal, y los chiringuitos de las asociaciones se reducen a 4 reservando 36 para la hostelería. Repito, nuestro apoyo a la hostelería ha sido total desde el principio pero no me negarán que es lógico que las asociaciones se sientan más que jibarizadas, teniendo todo el derecho del mundo a formar parte de unas fiestas de todos y que en 38 años han demostrado que todos podían convivir.

Cuando las solicitudes superen las plazas se irá a sorteo, quedándose fuera muchos, y veremos quienes quedan dentro…en un año en el que todos, repito, todos los hosteleros, por referirme ahora a este sector, necesitan ayuda.

Por eso desde Vox siempre hemos entendido que la primera obligación del alcalde era explicar las razones de su cambio, por qué a aquellos chiringuitos que no se iban a tocar porque funcionaban, ahora se les acusa de haber sido una suerte de privatización. Si los giros no se explican los rumores –algunos muy feos– están servidos. En un año excepcional ¿por qué no mantener el modelo, dando más espacio a los hosteleros ante el difícil momento que atraviesan?

Los bandazos vienen presidiendo el mandato de este gestor antes que político, según sus propias palabras, al que yo personalmente aprecio, por más que sea profundamente intolerante a la más mínima discrepancia.

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