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Camín Real

La fiesta de Valduno

Sobre la historia de una romería que traspasaba fronteras

A Aquilino Caramés, que siempre pone pasión en todo lo que hace.

En la prensa del 5 de agosto de 1867 encontramos esta noticia: “La romería que tuvo lugar ayer en la parroquia de Balduno (Las Regueras) con motivo de la celebración de la festividad del Santísimo Sacramento, estuvo animadísima. El sábado se cantaron las vísperas y por la noche hubo foguera y fuegos artificiales, concluyendo ésta con la ascensión de un bonito globo. El domingo, ya desde las primeras horas de la mañana, se veía a las orillas del Nalón, que pasa por un lado de la iglesia, multitud de personas de Grado, Trubia y de las parroquias inmediatas que venían a pasar un alegre día en esta deliciosa vega, la mejor quizá y más ancha de cuantas tiene aquel río. A las once y media de la mañana dio principio la función religiosa, para lo cual fue contratada la capilla del profesor Fortunato López. Hubo misa cantada y sermón que pronunció el sr. cura párroco de San Claudio. Después salió la procesión con la imagen de Nuestra Señora del Carmen y con el Señor bajo palio, cantándose un hermoso villancico. Al entrar ésta en la iglesia se prendió fuego a un gigante y se dispararon profusión de palenques. Por la tarde la animación fue completa; bailes, danzas, giraldillas, canciones y abundantes meriendas, nada faltó, sobresaliendo entre éstas el exquisito salmón y las ricas frutas de Candamo. A la caída de la tarde se elevó otro globo, y la muchedumbre fue poco a poco desfilando, unos, orilla abajo del Nalón y otros, orilla arriba para Trubia”.

Una procesión en Valduno. | R. M. R. F.

El 6 de agosto de 1925 la prensa da cuenta de las fiestas Sacramentales de Valduno que se celebraron el día 2 con misa con armonio y verbenas con iluminación, gaita y música de Peñaflor. Tuvieron lugar junto al acreditado establecimiento de don Luis Fernández.

Según Aquilino Caramés “el ferrocarril y el puente han influido fundamentalmente en la importancia de la fiesta de Valduno. Después del paréntesis de la guerra incivil, la gente necesitaba distraerse y pasar página, y se recuperó de manera esplendorosa, y rebasó las predicciones más optimistas pues esta parroquia había sufrido mucho con la guerra y la posguerra. Uno de los personajes iniciadores de las fiestas fue Camacho, sevillano y alegre, que se había casado en Ca Sucu con Josefina. Formó su equipo y se iniciaron las fiestas con misa y procesión a cargo del párroco D. Cipriano, y verbenas, romerías y voladores, pues llegaban los emigrantes de Cuba. Puedo recordar a Josefina y Jesús y a sus hijos Luisito y Celina y a su marido Armando, que habían gastado una buena cantidad de pesetas en voladores y buenos, por cierto, pues las varas eran algo nunca visto por su tamaño y de cañavera. También colaboraba Carlos el de La Torre”.

Los ganadores del descenso a nado con Aquilino Caramés.

Los ganadores del descenso a nado con Aquilino Caramés.

Pasado el tiempo decaen nuevamente y es en el bar “Ateneo” (Casa Demetria) donde se preparan para relanzarlas. Toma las riendas: Luis el de Zenaida, el impulsor y entusiasta dirigente que reactivó las fiestas con partidos de fútbol, buen bar, buenas orquestas y jolgorio. Contó con la colaboración de Luis el de Sira, Leoncio el de Noema, Antonio el de Aidita, Tante el de La Corrada, Luis el de Gloria y Amador el de Dylsia, y un grupo de jóvenes.

La primera Sociedad del Bollo legalizada corresponde al 15 de marzo de 1967. Estaba formada José Antonio Moro, José Luis Fernández, Francisco Granda, Luis Areces, Mario Granda, José Fernández Iglesias, Ramón Álvarez, Leoncio Fernández y Aquilino Caramés. Para ese año contaron con las orquestas “Los Titanes de Ortigueira”, La Coruña y el Conjunto “Los Espaciales”.

Contaba con gigantes y cabezudos que desfilaban por el pueblo en las primeras horas de los tres días festivos, animando a los vecinos. El sábado había una gran verbena y el domingo misa solemne con gaita, tocada por el Xorru de Bolgues o Antón de Carmela, de Cogollo, y procesión con el Santísimo. En el Campo de la iglesia se bailaba a continuación. Venían “La Laila” que vendía de todo lo que se podía vender entonces y las avellaneras Benita la de la Casa Nueva y Palmira de Santullano y Antonio Elorza, el heladero. Por la tarde se hacía la romería en La Vega, en el prau de La Bringona y alguna vez en la pomarada de La Torre. No se dejaba de lado a los niños y así se aprecia en el programa de 1962: “Carrera sin despiste de sacos. La suerte está en la cazuela. Invitación a chocolate a ciegas. Canta lo que sepas y ganarás. Con premios para todos los concursantes”. Había también diversas actividades deportivas como el descenso a nado del Nalón, entre el puente de Llera y el de Valduno, que se inició en l968. Fue ganador en dos ocasiones, el periodista Manuel Antonio Rico. En 1970 hubo descenso en piraguas.

Descenso en piraguas de 1970. | R. M. R. F.

Descenso en piraguas de 1970. | R. M. R. F.

Se promocionó y potenció mucho el lunes del Bollo y se hacía un viaje mañanero hasta Santullano con motos, tractor, el camión de Frutas “El Gran Capitán” de Miguel de la Fuente, y la chavalería se subía a los vehículos, y con música de gaita y voladores, cabezudos, y un año El Madreñogiro de Pinín que cedieron en La Cibeles. Se salía de Valduno hacia las 12 de la mañana encabezados por los gigantes y cabezudos. Se pasaba por Soto, Santullano, Ania, Premoño, hasta llegar al punto de partida hacia las 4 de la tarde, después de haber parado a repostar fuerzas en todos los chigres que se encontraban en el trayecto. Algunos años hubo carreras de burros, fútbol entre solteros y casados y en las últimas ediciones tiro al plato. Por la noche se remataba con fuegos artificiales y se lanzaron globos hasta 1974 aproximadamente. La fiesta era costeada por la Sociedad de festejos que duró 30 años. Pertenecían a ella casi todos los vecinos y algunos allegados, pues llegó a tener 600 socios, que en 1965 pagaban 3 pesetas al mes. Consiguieron buenas actuaciones para la época, orquestas gallegas, “Copacabana”, “Llan de Cubel”, etc.

Al conseguir notoriedad las fiestas fueron llegando las tómbolas, tiovivos, y todos los nuevos artilugios para deleite de la chavalería y los partidos de solteros contra casados, se sustituyeron por equipos de Grado, Mieres, Oviedo, etc. El arbitraje era a cargo de Casín.

Una gran fiesta que traspasaba fronteras y en la que se hacía más con la voluntad, el esfuerzo en equipo y la satisfacción de dar lo mejor a los vecinos. Que quede memoria de quienes lo lograron.

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