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Ramiro Fernández

La tijera

Ramiro Fernández

Orgullosos de lo nuestro

Sobre la riqueza cultural y natural de Asturias y sus atractivos para el turista

Acostumbro a pasar el verano en Asturias. Es cierto que algún fin de semana me escapo a León a visitar a mi familia pero los meses estivales los disfruto trabajando en mi salón de peluquería y aprovechando los momentos de ocio exprimiendo al máximo los encantos de nuestra tierra. Hace unos días recibí la visita de un amigo del Sur que al marcharse me confesó que había pasado aquí los mejores días de sus vacaciones “y eso que llovió a diario”, me remarcó sonriendo mientras despachaba la penúltima botella de sidra y se relamía ante unos tacos de bonito del Cantábrico encebollados.

Orgullosos de lo nuestro

Es cierto que este año la meteorología no está acompañando como a los amantes del sol, la playa y los chiringuitos les habría gustado pero Asturias guarda infinidad de alternativas a la arena, toallas y sombrillas. Prueba de ello son los miles de turistas que recibimos año a año atraídos por unas temperaturas suaves, un paisaje inigualable, una gastronomía de bandera y un comercio vanguardista e innovador.

He tenido la inmensa fortuna de visitar muchos países de América, Asia, África y Europa y siempre encontré algo sorprendente pero confieso que nuestra región puede competir como destino turístico con todos ellos gracias a sus excelsos recursos. Aquí el viajero encuentra de todo. Un paraíso natural integrado por numerosas reservas naturales y de la biosfera, monumentos únicos que son Patrimonio Histórico de la Humanidad, playas hermosas junto a montañas imponentes y una cocina extraordinaria en cada rincón de nuestro Principado.

Escribió Dolores Medio en su libro titulado “Asturias” que “Asturias ha sido siempre la gran sorpresa para el viajero. Se presenta como una emocionante aventura. Un paraje abrupto de un verde brillante y húmedo pintado en veintisiete tonalidades diferentes sobre valles y montañas”. Nuestra ‘pequeña Suiza’, como la han bautizado algunos.

La diversidad que supone poder estar visitando en Oviedo un monumento tan exclusivo y único en el mundo como el Palacio de Ramiro I, conocido como Santa María del Naranco. Y en poco más de media hora, poder estar frente al bravo mar Cantábrico en hermosas playas o abruptos acantilados. O en los imponentes Picos de Europa de salvaje belleza. O emulando a los grandes campeones bajando el Sella en canoa. O recorriendo la galería de un antiguo pozo minero para conocer la dureza de esta profesión. O admirando el arte de los primeros pobladores de la Península. U oteando en Somiedo desde la distancia para descubrir la vida libre de los osos. Y luego saborear en cualquier esquina de este Paraíso algún suculento manjar de una gastronomía que aúna mar y montaña como ninguna otra. Asturias es un paraíso natural y cultural en el que todo está cerca y que sorprende por su variedad y su riqueza.

En Oviedo, que es mi ciudad de adopción, me encanta la Cámara Santa de la Catedral, monumento declarado Patrimonio de la Humanidad. Allí se custodian algunas de las reliquias más importantes de la Cristiandad, como el Santo Sudario que cubrió el rostro de Cristo. Y se atesoran joyas únicas como las cruces románicas de la Victoria y de los Ángeles, de hermosa leyenda. En la Catedral comienza, también, el Camino Primitivo a Santiago, el que inició Alfonso II el Casto como primer peregrino a Santiago en el siglo IX. Oviedo es origen del Camino de Santiago y por eso la tradición popular dice que “Quien va a Santiago y no al Salvador (la Catedral de Oviedo o Basílica de El Salvador, pues por Él está tutelada) visita al siervo y olvida al Señor”.

Y, por otra parte, el paisanaje de Asturias es, sin duda, uno de sus grandes atractivos. Los asturianos somos hospitalarios y unos excelentes guías turísticos de nuestra tierra porque la queremos más que nadie. Pero para mí lo más importante es el conjunto, el todo: poder viajar a una ciudad y a una región en la que te reciben y te tratan como si estuvieras en tu casa, que te ofrece toda la variedad de atractivos que puedes encontrar en los mejores destinos (paisaje, historia, cultura, patrimonio, naturaleza…) y todo ello apenas a una hora de distancia. Por tener tenemos hasta un tiempo ideal, porque hasta el orbayu es agradable en pleno verano…

El turismo no cabe duda de que en los últimos años se ha convertido en un motor económico de la región. El mejor ejemplo son los carteles de ‘completo’ que cuelgan estas semanas hoteles y casas rurales cuyos gestores son solícitos y excelentes anfitriones.

Feliz verano y sigan disfrutando. Hay que estar orgullosos de lo nuestro.

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